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jueves, 21 de noviembre de 2024

Una feria del libro permanente

Osbey es uno de los muchos vendedores que, a diario, montan sus anaqueles de libros en la Plaza de Armas, en la Habana Vieja.

Mairely Ramón Delgado
en Exclusivo 24/08/2014
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Osbey con sus libros en la Plaza de Armas. (Mairely Ramón Delgado / Cubahora)

Osbey tiene 30 años, vive en la Lisa y trabaja en la Habana Vieja. Es licenciado en Química y desde hace más o menos un año oferta en su mesa, dispuesta junto a la Plaza de Armas, libros nuevos y de uso. También vende afiches con la imagen del Che. Me asegura que no le gustan las entrevistas y mucho menos las fotos, pero al final, accede a hablarme de su nueva vida como vendedor de libros.

Al dar la vuelta a la plaza he visto relojes antiguos, pequeñas botellitas, medallas y billetes antiguos. Por eso le pregunto y me dice “No, en el puesto mío solo se venden libros y afiches, sobre todo del Che. Claro que hay gente que se especializa, no sé, en libros más antiguos, con lomo, de tapa dura. En mi mesa vendemos libros más contemporáneos, es un requisito que pasen los cinco años de edición. También tenemos libros en inglés, el tema del idioma es muy importante.”

¿Se vende bien aquí? “Bueno, vender depende de varios factores, la colocación en el parque, por ejemplo. La ubicación es muy importante. Tres de las calles más transitadas de la Habana son Obispo, Mercaderes y Oficios. En la esquina de allá, la de Tacón, imagínate, todo el mundo pasa por ahí, el que viene de Oficios, o baja de Obispo, o sale del museo. ¿Entonces la ubicación de ustedes es fija? “No, el parque se rota a diario, así todo el mundo tiene la posibilidad.”

¿Evalúas un libro antes de ponerlo a la venta? ¿Cómo sabes cuando un libro puede vender bien o no? “Eso es suerte y verdad, hay libros que por sus características tienen una rotación un poquito más rápida. Por otro lado está el cliente, uno establece una relación calidad precio, y bueno, la motivación del cliente también, la expectativa de este hacia el libro.”

“Por lo general se venden más libros ocasionales que libros que la gente esté buscando, cuando te digo ocasionales quiere decir que alguien pasa de casualidad, le llamó la atención alguno y lo compró. El precio siempre es negociable, de hecho, en el noventa y cinco por ciento de las veces hay que negociar el precio, si no, no se vende el libro.”

“Es un trabajo importante desde el punto de vista de la divulgación de la cultura cubana. Ahora a Cuba está entrando mucho turismo que no está sensibilizado con la cultura nuestra, turismo de europa oriental, para ellos la historia nuestra les es prácticamente desconocida. Entonces uno le habla del Che, de Martí, de Camilo.”  

¿Lees tú? “Te confieso que nunca he sido amante de la lectura, aquí he despertado un poco el hábito. ¿Y entonces, los libros que vendes? “Bueno, para vender  sí, hay que leer el libro. Algunos autores son conocidos y uno sabe ya de qué va, no sé, Carpentier, Lezama Lima, que tiene una poesía bastante compleja, los libros de Fernando Ortiz, la “Cecilia Valdés”, de Cirilo Villaverde. Pero otros, como Leonardo Padura, hay que leerlos para saber de qué trata.”

De cierta forma eres como un puente tendido entre el visitante extranjero y nuestra cultura, al ubicarte en esa posición, ¿qué palabra me dirías? “Identidad, eso es indiscutible. Mira, Eusebio Leal le dio mucha prioridad e importancia a este negocio de los libros. Te digo por si algún día quieres hacer un trabajo más amplio, aquí hay muchos fundadores, y me parece que nunca se ha hecho un documental sobre la Plaza de Armas como feria del libro permanente que efectivamente es, incluso, cuando todas las guías de turismo hablan de ella”.


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Mairely Ramón Delgado

Dazra Novak (La Habana, 1978). Escritora. Licenciada en Historia. Tiene varias publicaciones y premios literarios. Habana por dentro es su ventana personal al mundo.


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