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viernes, 22 de noviembre de 2024

No mueras nunca, Woody Allen

Ted se esconde detrás del homenaje para jugar a ser una especie de parodia de una cinta de Disney que tan solo reitera situaciones y conflictos...

Diany Castaños González
en Exclusivo 15/03/2016
1 comentarios

Hay que encontrar el modo para que Woody Allen “descumpla”30 años, pensé cuando terminé de ver Ted, de Seth McFarlane. La cinta comienza como un interesante cuento de hadas, progresa como una aceptable comedia decadente para luego descarrilar en un esperpento emocional.

Es cierto que el osito de peluche está fantásticamente animado. Pero eso no basta. El fondo de una comedia valiosa siempre (o casi siempre, que no es lo mismo, pero es igual) es serio, por eso resulta el género más complicado de escribir. El infantilismo de los adultos occidentales queda retratado en Ted con tal ímpetu que casi parece lo natural desde un punto de vista antropológico: sin raíces reflexivas de peso que lo sostengan, se pierde entre un montón de estereotipos y clichés que muchas veces ni vienen a tema.

Para los que no han visto la película: Cuando John Bennett (Mark Wahlberg) era pequeño, deseaba que su osito de peluche Ted fuera un oso de verdad y, por desgracia, su sueño se hizo realidad. Más de veinte años después, Ted sigue con John y saca de quicio a su novia Lori, que empieza a perder la paciencia. Para colmo, a John no parece preocuparle su futuro profesional y se pasa la vida fumando marihuana con Ted. A pesar de ello, John intenta alcanzar la madurez, pero parece que para conseguirlo le resulta indispensable la ayuda de Ted.

La voz del oso Ted, en la versión original, es la del propio realizador Seth MacFarlane, mientras que en la versión doblada al español esta función corresponde a Santi Millán, cuyo buen trabajo es digno de reconocimiento. En el resto del reparto, destacan los ojos inmensos y siempre sexys de Mila Kunis.

El estilo de comedia de Seth es totalmente opuesto al del maestro Woody Allen. Por desgracia, el de Seth resulta repetitivo, plano, falto de sutileza, de mal gusto… y mediocre.

Por otro lado, una cosa es la intertextualidad que cineastas como Allen utilizan en sus cintas y otra es la copia y la poca originalidad. Ted se esconde detrás del homenaje para jugar a ser una especie de parodia de una cinta de Disney que tan solo reitera situaciones y conflictos.

A la cinta le sobra metraje y le faltan risas, pero si se mantienen las bajas expectativas puede verse algún detalle ingenioso, eso sí, descubierto al azar.


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Diany Castaños González

A aquella muchacha le gustaba acostarse soñando imposibles, hasta que despertó una mañana segura que, durante la noche, había dormido apoyando su cabeza sobre el ombligo de Adán.

Se han publicado 1 comentarios


Nahuel
 15/3/16 23:26

No concuerdo. Es cierto que vi la pelicula hace mas de uno o dos años, y que durante mucho tiempo he sido fan de McFlaren tanto en sus animaciones como en esta pelicula. Si bien no está al nivel de South Park, sigue siendo un comediante hábil y lo digo por las siguientes razones: Uno, el infantilismo es, justamente, uno de los mejores aspectos de la pelicula ya que captura a la perfeccion la decadencia de la cultura yankee. McFlaren no es ningun idiota, lo sabe y lo explota. Lo mismo pasa con la repeticion y las bromas referidas a eyaculaciones, semen, amistades homo-eroticas (la mera posibilidad de una relacion homosexual entre el protagonista y el oso, eso es hilarante y en extremo desafiante, tambien), y el romance, que puede parecer superficial, emocional, falto de seriedad, pero al mismo tiempo humano y un reflejo fiel de una cultura, como ya dije, en decadencia. En este aspecto tambien puedo subrayar que el protagonista y ted son, o por lo menos intentan caracterizar (en mi opinion lo logran) dos personajes ingeniosos y cultos. Claro, que esa cultura es banal y superficial. Sin embargo se las ingenian para inventar juegos de palabras muy divertidos y de gran ingenio, puesto que lo hacen refiriendose siempre a iconos de la cultura pop yankee. Y si bien la cultura pop apunta a lo masivo y por esta razon tiende a lo superficial y lo repetitivo, no seria sabio despreciar a todos sus artistas, pues los ha habido grandes que han sabido imponer su personalidad a pesar de la mediocridad. Ejemplos son Michael Jackson, Kurt Cobain, John Lennon, sin referirse a los clásicos como Marilyn Monroe o Frank Sinatra, quienes han deslumbrado a generaciones pasadas y nos seguiran deslumbrando en la posterioridad. No, Ted no hara historia, pero despreciarlo, despreciar a una persona inteligente que ha sabido filtrar una critica y convertirla en un producto pop, eso no me parece inteligente, ni correcto, ni justo. Saludos.

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