“¿Por qué no puedes ser una lesbiana como yo? —le pregunta el personaje de Susan Sarandon a su nieta en Conociendo a Ray (2017).
O quizás deba decir nieto.
Ramona descubrió a la edad de cinco años que no quería ser hembra. Desde entonces se vistió con ropa de varón, jugó juegos propios de ese género y comenzó el arduo camino para convencer a su familia de que firmaran los papeles necesarios —dada su menoría de edad— para su cambio de sexo.
Ya se sabe que hay tantas realidades como personas. El filme cuenta la emotiva y conmovedora historia del proceso de transformación que sufre la familia de Ramona… (en realidad, Ray) para adaptarse a la idea de que lo que más desea en la vida “su pequeña” es comenzar el tratamiento de reemplazo de hormonas que la convertirá en el muchacho que ya se siente.
El asunto se complica cuando la madre soltera de Ray debe buscar el consentimiento legal de su padre biológico, quien nunca ha estado presente en sus vidas.
—¿Eres así por mi causa? –le pregunta a Ray su padre.
Un “no” rotundo es la respuesta.
—Tengo muchos problemas de personalidad por tu causa —explica Ray en un intento de definir la realidad de los niños transgéneros—, pero el que yo quiera operarme para cambiar de género no es tu culpa.
Transgénero es un estado de identidad en el cual el sexo biológico que se tiene no se corresponde con la identidad que siente el individuo.
Cuando Ray está hablando con su hermana, le explica que él es un niño que nació en cuerpo de niña. Como la hermana de Ray tiene siete años, ella trata, muy precariamente, de sacar la lógica del asunto:
—Yo soy niña, y nací en cuerpo de niña… creo.
—Tienes suerte —le comenta Ray.
Porque no identificarse con el cuerpo que tenemos es una tortura. Es por eso que la película, dulce y suave como la seda, toca tan bien las fibras del corazón. Eso, unido a las interpretaciones de una Elle Fanning que florece como actriz y las siempre impactantes Susan Sarandon —una de las mejores actrices de su generación— y Naomi Watts, hacen que la cinta resulte reveladora.
La dirección de Gaby Dellal toca en profundidad un tema delicado, es un reto filmar sin clichés o excesos dramáticos. El asunto está pletórico de sobresaltos emocionales, pero la directora, meritoriamente, lo aborda desde la extrema sinceridad. El resultado es un filme honesto y contundente, que emociona sin sentimentalismos baratos.
Meril
14/12/17 15:53
Excelente artículo. Ahora, mi pregunta es la siguiente ¿Cuándo acabará el Parlamento cubano de aprobar la unión civil o "matrimonio" como quieran llamarle a la unión de dos personas del mismo sexo? Si hacen una encuesta a los jóvenes verán que este tema ya no es un tabú, solo quedan algunas personas de la tercera edad que aún no se convencen que la vida es breve y que la comunidad LGBT no causa ningún daño a la sociedad, simplemente quieren vivir su vida al lado de su pareja, protegerlas como mismo la Legislación cubana protege a las parejas heterosexuales, dígase por ejemplo, poder solicitar una licencia sin sueldo para cuidad a la pareja cuando no tenga otro familiar que lo haga, que la pareja tenga el derecho de cobrar el salario o adjudicarse la chequera en caso de fallecimiento de uno (a) de los dos, porque, en honor a la verdad, hay parejas homosexuales que llevan muchos años viviendo juntas, pero, ante la ley, solamente son amigas(os). Desde luego, no comparto la adopción entre ningún tipo de unión, porque pienso que esta es una responsabilidad bien seria a la hora de hacerlo. Por otra parte, hay muchos detractores que piensan que si aprueban esta unión, las notarías se llenarían como si fuera un maratón, sin embargo, allí solo acudirán a legalizar su relación, las parejas que como muchos dicen "han salido del clóset", parejas que tienen bien claro que su relación es firme y duradera y que eso es lo que quieren, compartir con su compañero (a) el resto de sus días.
fredy
6/12/17 12:56
sentir que tu genero sexual no compajina con el tuyo no es nada malo el gusto la rasionalidad y decoro de tener la definicion abierta al deceo de tener aflixion tu cuerpo por tu mismo genero no tiene nada que ver
Inna
5/12/17 14:33
Sentí al leer este artículo, una sensación nostálgica por toda la travesia que pasaría la familia y la adoslecente ante esa situación que aún escandaliza en la sociedad. Me remonté más allá de los fragmentos que escribes Diana y no hay dudas que un filme como ese puede llegar a tocar el corazón, por la breve síntesis que haces noto que muestran en el filme a un o una adolescente con una manera de pensar muy segura y madura, a una madre con el compromiso de ver a su pequeña convertida en una persona que le haga sentirce feliz e identificada y como nunca puede fallar, el personaje negativo ante esa situación familiar. La forma de Ramona conversar con su hermana dándole una explicación dictada por su sentir es una expresión de lo más humano y sentimental...En fin, creo que es un Filme para no despreciar por todo lo que puede cambiar en el entorno de la familia cuando tenemos un ser querido como Ray. Además los actores involucrados le daran toda la magia y el sentimiento que se quiere hacer llegar.
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