Monster University

Es un hecho: A PIXAR no se le dan bien las secuelas. En este caso, una precuela, la de Monster S.A. (2001), esa cinta que nos regaló personajes tan afectuosos como Mike Wazowski y su novia -con un “Cuchurrumímmmm” que quedó en boca de niños y adolescentes por años- a una muy delicada Boo, y por supuesto, al monstruo violeta llamado Sulley.

En la precuela que el estudio de animación que es PIXAR decide hacer, doce años después, nos muestran cómo se conocieron Mike Wazowski y Sulley. Resulta que fueron compañeros de universidad, la Univerdad para Monstruos, y que al principio se odiaron porque eran demasiado diferentes entre sí. Fue tan solo cuando aceptaron sus diferencias y empezaron a trabajar en apoyarse mutuamente que comenzaron a lograr sus metas de vida.

El mensaje de Monster University es hermoso, pero lo sostiene un guión predecible y a ratos muy poco imaginativo. No por la ambientación, por supuesto: PIXAR jamás descuida una fotografía. Lo que pasa es que el guión no resulta original, se limita a repetir cánones viejos.

Otro hándicap significativo que tiene el filme es que la historia de monstruos apenas se cruza con la de los humanos, por lo que el personaje más tierno de la primera parte, que es la niña Boo, no aparece, lo que es una verdadera pena; su falta se siente sobremanera. 

En parte es por esta ausencia que la cinta, que dirige Dan Scanlon, el director más joven que jamás haya tenido PIXAR (37 años), se encuentre a años luz de clásicos como Buscando a Nemo (2003), el original Wall E (2008) y Toy Story (1995)… entre otros paradigmas de PIXAR.

A ver. PIXAR estrena una película por año. No todas pueden ser obras maestras. Y es verdad que la segunda parte de Toy Story, y hasta la tercera entrega, del año 2010, sí que marcaron hitos, pero eso suele ser la excepción de PIXAR –desgraciadamente- y no la regla.

Digo por desgracia porque más allá del negocio que puede significar un éxito comercial cinematográfico, las historias que crea este estudio de animación acompañan el imaginario infantil por décadas. Una película de PIXAR es más que una cinta. Es compañía y en cierta medida, la visualización de los sueños… justo en esa edad en la que se piensa que todo –literalmente, todo- es posible, desde volar hacia el infinito y más allá hasta que una rata sea cocinera.

Resumiendo: a Monster University, la cinta que hoy nos ocupa, le falta magia, sortilegio y algo de alma. Quizás se deba a que no contó con los creadores de la historia original, pero el caso es que esta precuela se aleja del nivel de calidad que ofrecía –y ofrecerá para siempre- Monster S.A.