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viernes, 22 de noviembre de 2024

Isabelle disfruta prostituirse

El argumento de la película Joven y bonita puede ser desconcertante…

Diany Castaños González
en Exclusivo 10/05/2016
5 comentarios

Después de su primera experiencia sexual la joven de 17 años Isabelle considera que el sexo no es para tanto; que los hombres disfrutan muchísimo con ella, eso sí. En cambio, ella lo que disfruta es ser el objeto del deseo de los hombres. Disfruta siendo deseada y le da cierto morbo tener encuentros con desconocidos. Como hay muchos hombres dispuestos a pagar muy bien por eso, Isabelle acumula muy pronto cientos de euros como prostituta de lujo.

Contrario a lo que pudiera pensarse, Isabelle disfruta prostituirse. Ella no busca el amor romántico. Los chicos de su edad le aburren; se siente mucho más madura que ellos. Cuando descubre su poder seductor, se aferra a él. Se da cuenta de que su encanto, belleza y juventud son armas poderosas, y sencillamente las utiliza porque le produce mucha más pasión disfrutar esa sensación que la que le otorga una relación convencional. Prostituirse llega a convertirse para ella en una adicción.

Quizás el argumento de Joven y bonita desconcierte. Puede ser, la intención de Ozon como director es hacer un disparo contra la diana de la moral convencional.

El otro punto que desea Ozon cuestionar en su cinta: Isabelle se prostituye por propia voluntad, como un modo de satisfacción física, emocional y económica. De ahí, la pregunta: ¿hasta qué punto una chica de 17 años es dueña de su propio cuerpo, hasta qué punto es cosa suya decidir si tiene o no sexo con desconocidos? El director francés Francois Ozon no toma partido, simplemente muestra la interrogante, y deja que cada espectador asuma una respuesta.

Hay un refrán al que se hace referencia en la película: “quien es una vez puta, es puta para siempre”. Pero, ¿por qué se prostituye Isabelle? No es por necesidad económica, eso es seguro. Impenetrable, acérrima, Isabelle es a medias Werther; a medias, Lolita. Su recorrido no está únicamente en las cuatro estaciones que nos encuadra la estructura de la película marcando el ritmo temporal de la vida propia de Isabelle y sus pesquisas, desde el despertar más fiero hasta el punto de inflexión y la posterior decadencia; también lo encontramos en los diferentes personajes que entroncan con ella, en lo que a ella le dan y de lo que ella toman. Aquí el muestrario de la tipología humana es más amplio, también más fugaz; sin embargo en cada una de las épocas elige un representante y se detiene en él: en la niñez es el hermano menor; en la adolescencia es un compañero de clase; en la madurez es la madre; en la vejez, su clientela fija.

La perversidad y la duda se encuentran en cada uno de ellos manifestadas en la forma en que les corresponde. Isabelle pasa por todas ellas a modo de conciencia inconsciente, ¿o somos nosotros los espectadores la conciencia de lo inconsciente de Isabelle?

Ozon, reitero, no juzga a su protagonista. No explicita los condicionantes personales y externos que han podido llevar al personaje a actuar como actúa y justamente de ahí surge la ambigua y subyugante belleza de una película cargada de melancolía que, tras su chocante premisa, esconde una oda a la mujer. Pocos cineastas –ciertos puntos en común, en sentido, con Almodóvar-  juegan tan bien con los extremos y salen tan victoriosos como Ozon. En Cannes se habló de filme menor, pero Joven y bella es la consagración de un autor y de una peculiar forma de acercarse a lo femenino. Una gran película.


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Diany Castaños González

A aquella muchacha le gustaba acostarse soñando imposibles, hasta que despertó una mañana segura que, durante la noche, había dormido apoyando su cabeza sobre el ombligo de Adán.

Se han publicado 5 comentarios


raul 2
 13/5/16 15:20

somos nosotros los espectadores la conciencia de lo inconsciente de Isabelle

mari
 13/5/16 14:34

no puede ser, esa chica no puede existir

A Xere
 18/5/16 9:42

¿De verdad, Mari? Mira que hay de todo en la viña del Señor... Aún no he visto el filme, pero me gustaría poder, para poder luego opinar acertadamente. Pero de que puede existir, puede existir una chica así. De hecho existe. O existen, para ser más veraces. ¿Dudas? Pueden aclararlas en cualqier parte de esta ciudad. En los varones se llama "satiriasis" o algo así, y en las hembras hay algo similar, pero no recuerdo el nombre. Y no es que siempre sea una enfermedad, ni un síndrome, ni nada parecido, pero lo cierto es que, aunque no sean muchas personas, existen algunas más o menos así.

119
ver
 13/5/16 13:33

wow. impresionanrte

pp96
 12/5/16 21:29

Isabelle, dónde puedo encontrarte?? jajjaajjaa

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