Conviction (+Trailer)

El principal mérito de esta cinta es que está basada en hechos reales.

Sé que todos estamos cansados de filmes que tienen el recluso inocente como parte de su argumento. Pero esta no es tan solo una cinta: es un hecho real.

En 1983 Kenny Waters fue condenado a la cárcel por asesinato en Massachusetts, Estados Unidos.

Su esposa y una amante declararon que él había confesado la muerte de una mujer. Eso fue lo que más peso tuvo en el juicio. En aquella época no existían pruebas de ADN y no se supo si la sangre que había alrededor de la víctima le pertenecía a él o no.

La hermana de esta víctima del sistema dedicó 18 años de su vida a liberar a su hermano de la cárcel. Empezó por convertirse en abogada para poder defenderlo. Terminó por hacer pruebas de ADN y demostrar que los testigos estaban mintiendo.

Conviction muestra un poco –por medio de flash backs– el por qué ella tuvo esta reacción de amor tan excelsa, y tiene que ver con lo cercano que estuvieron cuando niños ella y su hermano.

Son increíbles las vueltas que el destino tiene para cada ser humano. Cuando su hermano fue condenado, Betty Ann Waters era una divorciada con dos hijos de 28 años. Trabajaba en un bar. Sin futuro. Pero el hecho de dedicarse a la defensa de su hermano le dio un sentido de vida tan fuerte a su existencia que terminó defendiendo como abogada –después que logró la absolución de su hermano– a otras causas injustas. Nunca más trabajó en un bar. Se ganó el respeto de sus hijos y del resto del mundo.

La vida –ya lo sabemos– tiene sus propios y muy únicos caminos de enseñanza.

Conviction (Tony Goldwyn, 2010) presenta un sólido drama que aboga por la corrección formal y la contención emocional… y acierta de lleno. Ni el guion ni la dirección destacan más allá de apuntes aislados, pero tampoco contienen graves defectos. Está bien escrita, bien rodada y soberbiamente interpretada.

Aunque no inventa la rueda, los hechos reales en los que basa la historia, más el correcto trabajo de dirección y los dos espléndidos actores que la protagonizan son suficientes para llenarla de valor.

Hilary Swank y Sam Rockwell son el alma de Conviction. Están enormes.