Código abierto (+Trailer)

Noomi Rapace está de moda. De alguna manera que no alcanzo a comprender se ha convertido en la protagonista de cuanta película estrena Netflix.

Bienvenidos al mundo actual, donde no se premia el talento sino… veinte y cinco mil cuestiones diferentes, que nada o poco tienen que ver con la aptitud.

¿Cuál es la cuestión que ha llevado a la sueca Noomi Rapace —el apellido lo escogió ella misma y significa “ave de presa”— a ser la actriz de moda?, ni idea. Probablemente me falten muchos videítos de Youtube y acceso a revistas suecas para entender.

Pero ni Orlando Bloom ni ella han sido jamás actores con talento. Bueno… tampoco es que para la película que protagonizan se necesite demasiado derroche de histrionismo: Código abierto (Michael Apted), 2017) es un thriller centrado en el terrorismo. Es más o menos el mismo ritmo trepidante que ya había protagonizado Noomi Rapace en Qué le pasó a Lunes —cinta de ciencia ficción donde ella era la misma cara de siete hermanas gemelas cuya existencia en un mundo distópico estaba prohibida.

Esta vez el thriller gira en torno a una agente de la CIA que está especializada en hacer interrogaciones. Su trabajo es de vital importancia para evitar el explote de un arma química que amenaza con sembrar el terror en todo Londres.

Otra vez la historia del agente —modalidad 007 o Misión imposible— que lucha solo contra el mundo. Pero en esta ocasión no se trata de Sean Connery o Tom Cruise. Tanto es así que el filme está dirigido por el mismo director de 007: el mundo no basta. Tan solo un detalle diferente: Esta vez optan por poner a una mujer en el papel protagónico. Más a la modalidad Angelina Jolie en Lara Croft: Tomb Raider.

La película tiene un ritmo bastante irregular y a ratos la trama se vuelve tan pero tan predecible que ni el reparto de estrellas es capaz de elevar este thriller de terrorismo poco original y rimbombante.

Los altibajos del guión no tienen parches ni decoro: lo mismo Noomi Rapace es la súper chica que en la adolescencia defendió a una amiga de un violador que la damisela en peligro que necesita ser rescatada por Orlando Bloom en la lavandería.

Una y otra vez se repite el código: si la agente Rapace es tan fuerte como para lidiar con medio ataque terrorista de Londres, por qué necesita al final la ayuda del primer muchacho sexy que se le pasa por delante. Esta pregunta se va más allá de esta cinta. Cuál es la proyección de género que hace este tipo de thrillers donde mujeres salvan al mundo… en lo que llega algún hombre a salvarlas a ellas.

Qué tan fuerte tenemos asumidos los siglos y siglos de dominación masculina que necesitamos que alguien que sabe defender a la mitad del planeta de bombas nucleares y químicos nocivos sea también tan “femenina” y “tierna” como para aceptar un besito de un muchacho de cabello enrolado mientras se olvida, solo por cinco minutos, de que el mundo entero depende de ella.

Es tan repetitivo el guión que es empalagoso. Otra vez los cuentos de hadas de la infancia vuelven a lavarnos el cerebro. Y otra vez se lo permitimos.

DONDE ME VOY DEL TEMA

¿Qué hubiera pasado si la Bella Durmiente, después de estar durmiendo cien años, se levanta un día, agradece al príncipe por el beso, le dice que “te vaya bien en tu vida” y se va a buscar un trabajo o estudiar algo?

¡Claro que Blancanieves estaba loca por comerse una manzana envenenada! Yo hubiera hecho lo mismo con tal de salir de lavarle y plancharle todo el día, todos los días, a siete hombres. Y por supuesto que el primer hombre que me sacara de esa rutina hubiera sido para mí un príncipe. Es mejor plancharle y lavarle a uno solo que a siete.

¿Quieren hablar de Cenicienta? Lo de ella era falta de… (algo que es sinónimo de coraje) para enfrentarse a su madrastra y botarla de ahí. Y si de verdad era tan buena lavando y planchando por qué no se fue a hacerlo a algún otro sitio donde le pagaran por eso. Se hubiera emancipado y hubiera podido dejar su destino atrás. ¿O es que era más fácil esperar que un hombre fuera a arreglarle la vida?

Habrá quien me señale que La Bella Durmiente, La Cenicienta y Blancanieves y los siete enanitos son adaptaciones que hizo el cine hace casi un siglo; la mentalidad era otra… ¿Lo era? Porque veo que se repiten patrones en todas las cintas comerciales.

DONDE VUELVO AL TEMA

En fin. Volviendo al thriller que nos ocupa hoy. Código abierto: Reparto de estrellas que viven ya de su nombre. Porque las actuaciones, sin excepción, son toscas y poco consistentes. Me refiero a los ya mencionados Noomi Rapace y Orlando Bloom. Pero también a John Malkovich, a Michael Douglas y a Toni Collette.

La cinta es absurda y sin sentido. Frustra tanto como entretiene. Una película de categoría C que representa quizás lo mejorcito del cine comercial de nuestros tiempos.