La Champions volvió a hacer de la suyas. A expensas de ganarse la enemistad de madridistas y juventinos, esta vez decidió invitar a su fiesta semifinalista a un conjunto un tanto diferente. Un equipo contranatura que sin pedir el más mínimo permiso decidió colarse en la zona VIP del balompié europeo para recordarnos que entre dos porterías y un balón, cualquier cosa puede pasar. Veintidós años después de su última excursión copera, el Ajax de Holanda sueña con reinar en el Viejo Continente.
Pretende lograrlo sin haber destinado para ello grandes sumas de dinero, con una plantilla repleta de jóvenes hasta hace poco desconocidos, sobrados en insolencia y descaro, cuya virtud consiste en enamorar a quien los vea tratar con el esférico. Eso sí, procura la hazaña al mismo tiempo que resucita la esencia de un estilo de juego con sello propio, una filosofía que cambió para siempre la manera de interpretar y gozar el más universal de los deportes. Un fenómeno naranja por antonomasia, bautizado por la historia como “Fútbol Total”.
A la selección de Hungría ganadora de los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 y subcampeona de la Copa del Mundo celebrada en Suiza en 1954 se le atribuye haber iniciado la revolución táctica que poesteriormente se conocería como "Fútbol Total"(Foto:uefa.com).
Si señaláramos las características que distinguen a los nuevos “Amsterdammers”, probablemente destacaríamos la asociación de primer toque, la presión desde la línea defensiva del rival y el constante movimiento de los jugadores; cualidades similares a aquel fabuloso Ajax de fines del pasado siglo campeón de la Copa de Europa por tres temporadas consecutivas.
Fue Rinus Michels el impulsor de la sui géneris táctica. Desde el banquillo de los rojiblancos primero y desde la selección nacional holandesa después, Michels inculcó la práctica de un fútbol rápido, de posesión y sin posiciones fijas que burlaba el marcaje defensivo y provocaba el desconcierto de los guardametas al enfrentarse a seis o siete futbolistas al mismo tiempo.Mucho influyó Johan Cruyff, en el desarrollo de la visión armónica y preciosista, un jugador desbordado en creatividad y técnica, convertido en punto de referencia de la mejor versión del club neerlandés y de la Naranja Mecánica subcampeona en el Mundial de 1974.
Cuando el míster de los “Ajacieden”, Erick Ten Hag, admite haber bebido de la fuente de Josep Guardiola en su paso por el filial del Bayern de Múnich, lo hizo del flaco Cruyff. Pues, en definitiva, “Pep” formó parte, junto a otros como Sergi Barjuan, El “Chapi” Ferrer o Michael Laudrup, del llamado “Dream Team” del Barcelona que dirigió el “Tulipán de Oro” desde 1988 hasta 1996.
Con Johan Cruyff (derecha) en el banquillo, el Barcelona ganó cuatro ligas, una Copa del Rey, una Supercopa de España, una Recopa de Europa, una Copa de Europa y una Supercopa de Europa (Foto:sportball.es).
Cruyff también triunfó como seleccionador. Resemantizó las ideas de Michels y las llevó a su máxima expresión. Logró incluir para siempre en el ADN del Barça la belleza de un estilo sobrio, eficiente y simple en apariencia. Por eso, este nuevo Ajax de los Frankie de Jong, Matthijs de Light, Donny van de Beek o Hakim Ziyech,en clara muestra de fidelidad y respeto por la tradición, invita a revivir las nostalgias por una época gloriosa, marcada por la genialidad de un hombre que donde quiera que se encuentre, de seguro, estará feliz.
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