Champions League: 1 K.O. y tres en espera.

De los cuatro partidos de Champions League jugados el 12 y 13 de febrero, solo uno quedó finiquitado antes del encuentro de vuelta. La Juventus venció con más oficio que fútbol a un Celtic que poco podemos decir a su favor, lastrado desde un inicio por una pifia que terminó en gol. En la máxima competición europea de clubes no hay lugar para errores, es casi imposible reponerse; tras el 3-0 en la ida, los de Glasgow deberán apelar a un milagro en su estadio ante el mejor portero del último cuarto de siglo: Gianluigi Buffon. No niego la garra del equipo escocés, capaz de levantar pasiones donde otros sentimientos no pueden, pero son muchos los astros a alinearse para pasar a cuartos de final.

El plato fuerte del martes no era el partido entre juventinos y celts, sino entre parisinos y valencianistas. El Paris Saint-Germain no es el primer equipo, ni el último, en convertirse en juguete de multimillonarios; la diferencia entre ellos y otras entidades que han corrido la misma suerte radica en los fichajes del once francés, enfocados en sus necesidades deportivas y no a disposición del merchandising. Carlo Ancelotti tiene un conjunto de jugadores sin complejos, listos para enfrentarse de tú a tú a los mejores de Europa. Por desgracia, ante el Valencia no mostraron sus mejores armas.

Un partido que pudo definirse por amplio margen terminó en agonía para los visitantes. Los de Valverde habían mejorado mucho en las últimas jornadas, pero en el juego no supieron qué hacer con la posesión del balón. Los franceses se adelantaron con dos goles y cuando parecía dar el golpe de gracia a los españoles, fallaron oportunidades cantadas una tras otra. Y si no los haces, te los hacen. Resumen: victoria apretada de 1-2 y la ausencia de su principal jugador para la vuelta. Sí, a Ibrahimovic le fallaron los nervios, aunque el verdadero culpable fue la falta de efectividad de los parisinos, con ventaja amplia no hubiese existido presión. Quizás a Messi no le hubiesen sacado esa tarjeta por ser Messi, pero el sueco tienen una reputación de “niño terrible” y a los tipos duros no se les perdona. La vuelta será complicada debido la desaparición de la ventaja sicológica: un gol al final de los noventa minutos en un partido de ida y vuelta es como una anotación al filo del descanso, un puñetazo en la moral, empeorado a la n+1 gracias a la expulsión de Ibra.

Hoy todas las atenciones estaban sobre el Real Madrid-Manchester United, dejando casi al olvido el duelo entre el Shaktar Donetsk y el Borussia Dortmund. Ucranianos y alemanes dejaron las banderas en alto tras el 2-2 en el luminoso; la vuelta deja con ligera ventaja a los germanos que, además del valor doble de los goles en caso de empate global, cuentan con una afición conocida por su entrega.

A la misma hora del encuentro en el Donbass Arena, en el Santiago Bernabéu el Madrid comenzaba su limpieza de imagen, pues la Champions sería una suerte de desagravio a la pésima Liga. No terminó muy bien este primer encuentro donde las carencias de cara al gol más la excelente noche de David de Gea confirmaron mis sospechas de un mal que aqueja al Madrid. Ni Benzema ni Higuaín están marcando con la frecuencia de hace un año y es Cristiano quien lleva casi todo el peso goleador del equipo; tanto dependen de él que hace dos jornadas cayeron derrotados por una anotación en propia puerta del portugués. Si eso no es Cristianodependencia, yo no sé nada de fútbol.

Solo CR7 logró anotarle al ex atlético en una noche para el olvido de Benzema. El delantero argentino, quien le sustituyó a la hora de juego, no lució tan mal al jugar escorado, pero tampoco mostró sus mejores maneras de cara al gol. La inefectividad de estos dos hombres deja todo el potencial del Madrid en suspenso al no tener quién concrete las ocasiones.

Por lo general, Di María y Ozil no rinden al máximo cuando ambos están en la cancha, pero esta noche no fue así; entre la asistencia y las continuas arremetidas de “el fideo”, y la fluidez del alemán, el juego de los merengues precisó de estos dos jugadores en todo momento. Para colmo, la entrada de Modric no disminuyó la producción en el mediocampo, pero los fantasmas de la delantera mantuvieron sus puestos. Si los blancos no afinan el punto de mira para la vuelta, el sueño de la décima puede terminar bien pronto.

Los “red devils” no fueron menos ni en el juego ni en las  cuestiones de pólvora mojada. Varias ocasiones tuvieron para marcarle a un equipo que carece de uno de sus pilares (San Casillas), pero solo a la salida de un córner lograron enviar el esférico al fondo de las redes. Welbeck, autor del único tanto inglés, falló una de escándalo y el as goleador del Manchester United, Robin Van Persie, marró dos chances como si fuese un novato. También Diego López hizo lo suyo con par de paradas y hasta ahora justifica su fichaje.

Sir Alex Ferguson sale con una pequeña ventaja ante sus rivales, más cuando se juega el partido de vuelta en “el teatro de los sueños”. Pero el Real Madrid es el equipo de la épica, capaz de remontar partidos imposibles, y un empate no significa nada para ellos. Eso sí, ambos necesitan mejorar la efectividad de cara al arco rival, pues como dijo Thierry Henry en una conferencia de prensa que de seguro él desea olvidar, “a veces en el fútbol hay que anotar goles”.