_ ¡Le das!
_ ¡Pero Mami...!
_ ¡Le das y si es por la cara mejor!
Así dialogaba aquella madre con su pequeño exigiéndole una autodefensa que lo ubicaba en una situación bastante difícil.
Imagínense que hubiera ocurrido realmente algún abuso o riña con otro niño, pero que el hijo de la motivadora señora tuviera miedo…
¡Se enfrentaba a dos presiones terribles!
El hecho en sí es conocido y se repite en nuestras barriadas, generamos violencia y pretendemos que nuestros hijos la practiquen.
De tantas fechas y días que celebramos en nuestro país, la del próximo martes me parece una de las más justa y necesaria.
En el año 1994 la ONU aprobó la Declaración de la violencia contra la mujer y así surgió la fecha del 25 de noviembre y en general de cada mes, como un día para reflexionar sobre el abuso que se comete con las hembras. (La palabra fémina no me acaba de gustar, me suena a “Policlínica”).
Si revisamos hasta que punto hay violencia en nuestra sociedad, ya es un paso ganado.
El abuso no es solo contra las mujeres, lo hay contra los hombres, contra los animales, contra las plantas y lo peor de todo, lo hay también de una manera solapada y no necesariamente escandalosa.
Para subrayar este propósito se recomienda llevar cada 25 de mes una prenda naranja, que simboliza la solidaridad con las mujeres abusadas, por suerte es una prenda y no una naranja.
Hay quienes justifican el abuso a las mujeres por los orígenes del Patriarcado cuando la mujer era un objeto más familiar. Cuando aquello la niña o mujer pasaba de padre a esposo y jamás imaginar que tenía iguales derechos que sus dueños.
Nuestro esquema social lucha contra cualquier tipo de abuso a ellas, pero seguimos repitiendo el lema que tras un gran hombre hay una gran mujer y aplicamos la cita a diferentes aristas de la vida cotidiana.
¿Por qué no hay hombres que se dediquen al trabajo de una secretaria? ¡Hasta conjugar el sustantivo se hace difícil!
Un telar hay por donde cortar sobre la violencia. En varias ocasiones les he pedido a algunas compañeras de trabajo (sobre todo a las más buenas) que anoten las barbaridades que le dicen en la calle a modo de piropo. En ocasiones desisten, pues pierden la cuenta.
Para mí violencia y violación van bien ligadas.
¿Acaso el que viola los precios de un producto ya sea en cuc o en moneda nacional no esta violentando mi bolsillo?
Como ven hay demasiadas aristas del tema, mientras tanto tiene usted tiempo para seleccionar una prenda naranja para el próximo 25.
Como esta el tiempo, le sugiero un abrigo.
Lalo Buendia
20/11/15 6:22
UN ABRAZO ENORME HERMANO. BUENAZO EL BLOG
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