El 27 de febrero de este año en su habitual columna dominical de Juventud Rebelde que luego replica Granma los lunes, la doctora Graziella Pogolotti alerta sobre los desatinados estereotipos que en ocasiones “se venden” al turista.
Recuerdo que en una época desde diferentes organizaciones se trabajaba el tema con intensidad ante el flujo de turistas que evidentemente hemos tenido en nuestro país. El concepto también se abordaba desde fuera de fronteras y por ejemplo, delegaciones que fueran a visitar a otra nación recibían una preparación integral sobre la cultura, política y tradiciones del lugar a donde iban a viajar.
Desconozco si esto se sigue realizando, pero es fundamental pues el conocer a dónde vamos también nos ayuda a proyectarnos como integrantes de esta nación, es otra forma de contribuir a brindar una correcta imagen de Cuba.
Por casualidades de la vida, en este mes de julio estuve recibiendo a varios amigos extranjeros que decidieron pasar sus vacaciones en mi país y a través de agencias turísticas se enrolaron en paquetes de recreación. Como los recibí en el aeropuerto, esto me permitió ver la realidad desde otro punto de vista, pues cuando subes a un ómnibus de turismo tu visión cambia y no solo es por la mirada que realizas a través de los cristales polarizados y la refrescante temperatura.
Pude conocer, al menos por un pequeño tramo que pasa dentro de esas confortables guaguas, ya con los turistas a bordo, que lo primero que hacen los guías es darle la bienvenida en su idioma y explicarles la agenda que tendrán en el país. Pero al rato, ya con algunos kilómetros “de confianza” comienzan a explicarles como se dicen algunas malas palabras en buen cubano. Hice tres viajes desde el aeropuerto al centro de la ciudad y los tres guías procedieron de igual manera. Dudo que sea una metodología para crear rapport o llamar la atención de los visitantes, es por el contrario, algo bien alarmante y preocupante.
Ya al regreso de sus viajes en la capital, los amigos me cuentan con alguna preocupación lo poco que ganan salarialmente estos trabajadores del turismo, incluyendo al chofer y que decidieron hacer una recogida de propina (“una ponina”) para contribuir con su economía personal. Esta acción de caridad ocurrió en los tres tours lo que da la medida que no solo se les explicó la historia y las tradiciones del país a los visitantes. Hubo tiempo para detalles más locales.
Estará predominando esta manera de actuar en nuestros guías y choferes turísticos o fue la pura casualidad que a mis amigos les tocara vivir estas coincidencias.
Carlos
3/1/17 16:11
"Tamaña barrabasada! Creo que muchos son orientales que ni siquiera saben el A B C de la ciudad". El Super Mario quiere de forma irritante culpar a los orientales de los deslices o dislates escritos en este Blog. Hay que combatir con la misma fuerza a estos seudos guias turisticos y taxistas, como a los Super Marios. En definitiva son de igual raleas.
carlosvaradero
1/8/16 9:52
No os asombreis de nada....en Cuba, todo es posible!!
No dudo de la historia que cuenta Mario...pero suceden cosas peores y no se dicen...y es la imagen que se lleva el turista de los cubanos...es una pena, porque la imagen que oficialmente se brinda al mundo del pueblo cubano es la imagen de un pueblo "culto y solidario"...algunos turistas (trabajo en este sector) me cuentan que detràs de toda esa supuesta amabilidad ellos encuentran el interès de obtener unos dolares a toda costa, no importa que se ponga en ridiculo al cubano...porque al final lo que hacen estas personas que no saben nada ni de ellos mismos, es poner en ridiculo al pais y a los cubanos todos...no se vale!!
Mario
24/7/16 9:07
Me consta que los guías de turismo tienen muy mala preparación, pero si son los taxistas que trabajan con turismo, la situación es muy alarmante.
El otro dia vi por You Tube a uno de un bicitaxi que le decía a unos turistas que el Edificio de la FFAA de la Plaza de la Revolución era el Comité Central del Partido. ¡Tamaña barrabasada! Creo que muchos son orientales que ni siquiera saben el A B C de la ciudad.
Necesitan cursos de historia, planos y que para asistir a turista se tenga que sacar una licencia que implique formación mínima.
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