Tres miradas a Cuba (XXXIII)

PRIMER VISTAZO: ¡QUÉ CLASE DE FAUNA!

Los colonizadores que a Cuba le tocaron fueron cierta gentecita que no podríamos calificar ni de regular. Eran, o plebeyos que venían con una mano delante y otra atrás, o integrantes de la bajísima nobleza, más pobres que las ratas.

Se ha dicho que “una de las formas de la «picardía», del desamparo popular, será venir a América”. Los animaba el afán de lucro desaforado y, según Hernán Cortés, eran “hombres de diversos oficios y pecados”.

Bien dijo después Cervantes que son “las Indias, refugio y amparo de los desesperados de España, iglesia de los alzados, salvoconducto de los homicidas, pala y cubierta de los jugadores, añagaza general de mujeres libres, engaño común de muchos y remedio particular de pocos”.

Mucho antes, en 1578, el gobernador Carreño había retratado a la fauna con la cual tenía que lidiar: “Todos los mas delinquentes que bienen desterrados del Piru e de la nueva españa e mercaderes quebrados e mujeres huidas de sus maridos que se bienen en las flotas e frayles en abitos de legos e gentes bagomundas e fasinerosas e marineros que se huyen de las armadas e flotas e andan por los hatos e labranças de vezinos ni temen a Dios ni a la justizia Real...”.

SEGUNDO VISTAZO: UN OBISPO SOSPECHOSO

Esta postal nos lleva hasta 1604, cuando el obispo Cabezas Altamirano es raptado en Yara por el corsario francés Girón.

Los bayameses lo rescatan, y dan muerte al secuestrador.

Se opina que el mitrado no era ajeno a los trajines del “contrabandeo”, pues llegó aquí muy pobre y se retiró siendo dueño de un ingenio, un hato y una cuantiosa fortuna.

El rapto inspiraría nuestro primer monumento literario: Espejo de Paciencia, poema de Silvestre de Balboa —canario avecindado en Puerto Príncipe—, quien entrega una adulterada visión de los hechos, mientras no vacila en equiparar a Bayamo con Troya, y a los contrabandistas orientales con Aquiles y Ulises, mientras al discutido mitrado se le compara nada menos que con Cristo.

TERCER VISTAZO: UN AÑO MOVIDITO

Esta postal nos lleva hasta la Cuba de 1830, cuando se trunca la conspiración de la Gran Legión del Águila Negra, fraguada entre masones.

Se funda Nueva Gerona, donde presos y soldados habían comenzado a construir el asentamiento.

Junto a una casa de baños, surge Calabazar, con el nombre de Nueva Cristina.

Se edifica en San Antonio de los Baños una residencia, hoy Museo del Humor.

Establecido en Cuba el catalán Facundo Bacardí, quien crearía el santiaguero ron de su nombre.

Un viajero opina que en La Habana todos son músicos, pues al pasar por las calles no se oye otra cosa que guitarras, pianos y música de Rossini.

A la horca la sustituye el garrote. Lo aplican a una mujer: Josefa Alfonso, de El Mariel, por haber asesinado a su marido.