La Metrópoli no respetaba ni a la mismísima Parca. Así, el capitán general Joaquín del Manzano declara que están terminantemente prohibidas las obras de Plácido, quien lleva 23 años fusilado.
La Isla está que arde. Y, como manto encubridor de conspiradores, surge un ramillete de logias masónicas. “San Juan No. 18”, en Caibarién; "Reconciliación No.16", en Guantánamo; “Tínima”, en Puerto Príncipe. Cubanos residentes en el extranjero fundan “Estrella de Luquillo No. 17” (en Puerto Rico) y “Unión Fraternal No. 19” (en Costa Rica).
Se reúnen más de sesenta personas en la casa del patriota bayamés Perucho Figueredo. Fundan simultáneamente la logia “Estrella Tropical” y el Comité Revolucionario de Bayamo. La reunión se celebra bajo la cobertura de una pretensa asamblea de contribuyentes, para analizar el pago de impuestos.
El Gran Oriente de Francia reconoce al Gran Oriente de Cuba y las Antillas.
Mientras, sigue cayendo leña en la hoguera proindependentista: la Junta de Información de Ultramar fracasa estrepitosamente, con lo cual se cierra la última puerta en cuanto a un arreglo pacífico con el poder colonial.
Y… ¿QUÉ MÁS PASABA HACE 151 AÑOS?
La Academia de Ciencias se instala en un edificio reconstruido por el ingeniero Albear.
Pinar del Río y Sagua la Grande reciben el título de villa. Sancti Spiritus adquiere el rango de ciudad.
“...comenzó a edificarse [Placetas] en 1867 en la hacienda comunera conocida como Ciego de Ronsoli...” (A. Núñez Jiménez).
Habaneros juegan beisbol contra estadounidenses avecindados en Matanzas, ciudad donde se produce el encuentro.
Se completa el tendido del cable submarino entre La Habana y Cayo Hueso.
Fundada la primera sociedad de chinos de Cuba, Hen Ti Tong (“Los Hermanos”), en la capitalina cuadra de Estrella entre Campanario y Manrique.
Santiago dispone de “ocho teatros (…) además de una docena de pequeños escenarios en casas y sociedades” (Carlos Padrón).
Nacen el poeta nicaragüense Rubén Darío –quien tendría estrechos vínculos con Cuba-- y el compositor santiaguero Gumersindo Sindo Garay.
En este año –el de su muerte-- Joaquín Lorenzo Luaces escribe el drama Arturo de Osberg. En el personaje de Isabel de Baviera, Luaces transparenta las lacras de Isabel II, entonces reina de España.
Un extranjero, que visita el Liceo de Matanzas, iba a comentar: “No recuerdo haber visto nunca tantas mujeres hermosas”.
José Martí matricula en la Academia San Alejandro.
Y ya está a las puertas la alborada del ingenio Demajagua.
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