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viernes, 10 de enero de 2025

Viejos y además, solos

La vulnerabilidad también pudiera acrecentarse con la vida en solitario...

Chang León Félix Arturo
en Exclusivo 10/01/2025
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Viejos y además, solos
A veces también puede ser mejor estar solos que mal acompañados, pero la soledad es una vulnerabilidad. (Alfredo Martirena Hernández/Cubahora) (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Entre mis contemporáneos a quienes no les gusta ser calificados como viejo y mucho menos viejito, les pido disculpas y los invito a que interpreten “Personas de avanzada edad, solos” como título de este texto en el cual recuerdo una conversación de mediados de la década de los 70 del siglo pasado.

En el policlínico de Trinidad, el doctor Mojena expresaba su preocupación hace ya más de 50 años, sobre las consecuencias futuras del envejecimiento poblacional y se refería concretamente a las barreras arquitectónicas y a la necesidad de más cuidados de salud para los adultos mayores.

Argumentaba la necesidad de que también los periodistas contribuyéramos a hacer conciencia sobre la necesidad de que las construcciones tuvieran en cuenta condiciones de seguridad para el ambiente de los hombres y mujeres de la tercera o cuarta edades a quienes les merman facultades físicas y no siempre mentales.

Se refería con énfasis a los servicios médicos, a la especialidad de gerontología y que la enfermería debía también incorporarse, pues quienes acumulan mucha edad o suman muchos años de juventud, se vuelven más delicados en cuanto a su salud y por ello requieren más fármacos y atención especial.

Si el lamentablemente fallecido galeno aún estuviera entre nosotros, seguramente en este momento estaría diciendo algo así como: te lo dije, pero seguramente agregaría mucho más a aquellos argumentos que resultaban irrebatibles, aunque no suficientemente tenidos en cuenta, por lo cual ahora sufrimos las consecuencias.

Por supuesto que medio siglo después de aquella conversación las condiciones han cambiado, pues a los efectos acumulados de la escasez provocada sistemáticamente se unen las acciones de intensificación de medidas para ahogar la economía, que entre otras consecuencias, incentiva la emigración que separa a las familias.

Existen más hechos que provocan cambios significativos en la sociedad, pero esos bastan paa contextualizar la dura vida que tienen, en este caso más de 47 000 viejos de la provincia de Villa Clara que viven en soledad, y tienen que resolver ellos mismos todas las gestiones de la cotidianeidad.

Esa cantidad iguala a la de habitantes de los municipios villaclareños de Manicargua y Placetas, y supera a los de Caimito en Artemisa (39 000), Colombia en Las Tunas (32 000), Mayarí en Holguín (30 000) según contabilización del año 2012.

Son personas de la tercera o cuarta edades, como uno que a pesar de su negativa, fue alojado en un hogar de ancianos por gestiones de sus amistades, al quedar solo, sin casa, y con una hija que emigró, aunque le envía recursos monetarios.

Se trata de seres humanos adultos mayores, como el que se quedó solo porque cuando estaba acompañado, era del hermano enfermo al que cuidaba, pero que positivamente fue acogido por los hijos y trasladado a vivir con ellos.

No son cifras, sino ciudadanos envejecidos, como una madre cuyas dos hijas salieron a buscar nuevos horizontes, cada uno en un país diferente, y que si bien se acuerdan de ella y la apoyan, su compañía no pasa de ser una mascota.

En fin, son como quienes sin estar solos, y no incluidos en esa cifra de más de 47 000, somos dos viejitos que convivimos y nos cuidamos uno al otro, aún con la confianza de que en medio del bombardeo cruel que vive la economía, seamos tratados como seres humanos en todos los ámbitos de la vida.

Aquellas preocupaciones de hace más de medio siglo consiguieron abrir un insuficiente, estrecho y tortuoso camino en el enfrentamiento al envejecimiento poblacional, cuyo futuro que es hoy presente, fue científicamente predicho con argumentos contundentes, y que hoy se mantienen enriquecidos como guía para que sigamos ocupándonos y nos anticipemos a evitar situaciones más dramáticas.


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Chang León Félix Arturo


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