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sábado, 23 de noviembre de 2024

Trinidad también interrumpe vacaciones

A veces la vida le juega malas pasadas a los periodistas, sobre todo cuando se les ocurre disfrutar vacaciones en el epicentro de la noticia...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 23/07/2014
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Si bien es cierto que unas vacaciones interrumpidas suelen causar irritación, también hay que admitir que el grado de malestar depende del motivo que tronchen poder andar haciendo equilibrios sobre las resbaladizas piedras que hacen ver tan atractivas las calles de Trinidad tanto en fotos como en pinturas.

Por aquellos días de julio de 1989 andaba por la tercera de las villas fundadas por el conquistador Diego Velázquez en 1514 ya enterado del panorama político del campo socialista de Europa del este, pero más concentrado en que la UNESCO había otorgado a esa ciudad de la provincia de Sancti Spíritus, en el centrosur de Cuba, la condición de Patrimonio de la Humanidad, y que de un momento a otro sería la declaración oficial.

Luego de cancelados los planes de desplazamiento hacia otros sitios propicios para la temporada veraniega, había que estar al tanto de cuándo sería ese acto, al cual era fácil de adivinar que iría Federico Mayor Zaragoza, entonces director general de la UNESCO.

No era la época actual de haber dos millones de teléfonos celulares, pero sí en la que todo vacacionista que se respete, por muy periodista que sea, trata infructuosamente de no leer periódicos, oír radio ni ver televisión. An así, me enteré al mediodía que esa noche sería la ceremonia porque un lugareño, Orestes Rodríguez, dijo a toda voz:

-¿Oye, Chang, tú estas aquí para lo de esta noche?

Tras un breve saludo conseguí un teléfono para comunicarme con la Oficina Central de la Agencia de Información Nacional.

-Como que tú andas por allá de vacaciones, es mejor que hagas tú mismo el reporte. Ya dimos tu nombre para la credencial.

Confesión al cabo de 25 años: En familia habíamos acordado que esa tarde iríamos a terminar las vacaciones en Varadero, por lo que a toda velocidad hubo que cancelar el viaje.

Nadie hablaba y aunque me prepararon una comida adelantada para que pudiera salir temprano, llegué solo 15 minutos antes del acto, los mismos que utilicé para convencer a un custodio de que yo no estaba montado en una bicicleta sino en un auto, que tampoco estaba de vacaciones y necesitaba pasar aunque no tuviera credencial.

-No, por aquí no puedes porque a mi me dijeron que por aquí no puede pasar nada, ni una bicicleta, esto está lleno de gente pasando vacaciones y todo el mundo quiere entrar.

Por el valladar infranqueable de quien cumplió estrictamente la orden, los datos de la presidencia y las palabras iniciales tuve que pedir que me las contaran, pero gracias a la demora escuché a un hombre decir:

-Muchas felicitaciones para todo el mundo, pero ni nos mencionan a los que hemos tenido que estar muchos años sin poder cambiar nada en las casas, ni aunque nos hace falta porque a mi me nacieron dos hijos y tengo que hacerles un cuarto y dicen que no se puede.

La tardanza también hizo que me ubicara donde se suponía que no hubiera nadie para no estorbar el paso a la presidencia cuando saliera, por lo que pude escuchar a Mayor Zaragoza decir algo así como que si hubiera conocido a Trinidad quizás hubiera sido Patrimonio de la Humanidad mucho antes.

Cuando retorné, toda la familia dormía, pero al siguiente día disfruté cuando algunos lectores del despacho de la AIN publicado en el periódico Granma, en plena calle, elogiaban que hubiera escrito acerca de los sacrificios de muchas familias para conservar tanto los exteriores como los interiores de las edificaciones y que –agrego hoy- al cabo de un cuarto de siglo, todavía mantienen las mismas privaciones en aras de cuidar los bienes para el futuro.

Y no faltó un suspicaz, el entonces historiador de la ciudad, Carlos Joaquín Zerquera y Fernández de Lara quien con gesto cómplice susurró: Eres un maldito periodista, casi pusiste que hubiéramos sido Patrimonio antes que La Habana, lo dijiste, pero no lo pusiste, y quien no lo oyó allí fuera del acto, no sabe quién lo dijo.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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