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domingo, 24 de noviembre de 2024

Singularidades y excepciones

Persiste la nociva práctica de desatender la solución de problemas que afectan a pocas personas...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 13/01/2023
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Problemas y quejas
Cuando los afectados no son muchos, hay que ser ducho en el arte de lograr la solución de lo que solo afecta a un individuo o a pocos (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

En el lejano 1968 acudí por primera vez a gestionar la solución de un problema, y el trauma duró tanto que estuve años cohibido de plantear alguna demanda o solicitud de solución si antes no lograba averiguar cuántas personas tenían el mismo problema.

El desaguisado persiste, pues si la dificultad no es generalizada, hay que tomar todas las medidas posibles para tratar de convencer sobre la necesidad de apoyo para resolver algo que en muchos kilómetros a la redonda haya pocos que lo padezcan.

A pesar del tiempo transcurrido, todavía es común que las personas a las cuales acudimos en busca de ayuda institucional jerarquizan la atención a los asuntos en dependencia de la cantidad de individuos afectados.

Sin dudas, esa puede ser una de las razones por las cuales es común encontrar personas obsesionadas en las conversaciones para prácticamente obligar a otras a decir que también padecen el mismo problema y entablar un diálogo en el cual cada uno trate de presentar el suyo como el de mayor dimensión.

También debe ser el motivo por el cual quienes plantean una queja no se refieren a sí mismos, sino que abordan el tema como si fuera expuesto en nombre de muchos otros, aunque el objetivo sea solucionar una dificultad individual que nadie más tiene.

En la medida en que pasa el tiempo, la nociva práctica parecer extenderse cada vez más hasta llegar al ámbito de la aplicación de normas o procedimientos para que un ciudadano pueda acceder a determinado servicio y que en no pocos casos los que hacen trámites llegan a creer que andan por un laberinto.

Estando en Santa Clara, en la década de los años 70, recibí unos documentos para hacer gestiones en Placetas, distante unos 30 kilómetros, donde al llegar me negaron el servicio por falta de un cuño, dificultad que un amigo me ayudó a vencer, grabándole uno cualquiera.

Casi 30 años después, temeroso, pregunté a la encargada de asuntos económicos si alguna vez le habían devuelto algún documento o reclamado algo en lo que yo tuviera que ver por un modelo que no estuviera en regla. Nunca, fue la respuesta.

Hace cerca de una década, en un trámite me dijeron que debía llevar la aprobación del Ministerio al cual pertenecía, y que era imprescindible la firma del ministro. No fue fácil, pero logré que se informaran que los periódicos no están en ningún ministerio.

Ser una singularidad es una característica prácticamente invalidante para lograr respuesta positiva a una solicitud, pues la primera dificultad es identificar y luego encontrar al facultado para aprobar la excepción que hasta puede ser el mismo que está denegando.

Por mucho que uno se esfuerce en presentar la argumentación de las más variadas maneras, contestarán lo mismo, ya sea de manera verbal o contundentemente mostrando un papel con el cual, por supuesto, no se puede dialogar.

Si se trata de un ambiente híbrido en el cual hay partes del proceso a la antigua y otras informatizadas, las singularidades que existen necesariamente, están casi condenadas a no encontrar el camino de las excepciones de la regla.

Muchos grandes problemas actuales en comunidades y ciudades fueron ínfimos en sus inicios y solo afectaban a escasas personas, pero abonados por su diminuto tamaño fueron creciendo hasta lograr visibilidad y por tanto, atraer acciones de rescate, arreglo o solución.

Cuando se aplica la filosofía de que nada está tan malo que no se pueda poner peor, y se espera a que empeore para priorizar su atención, entonces provocan razonamientos como “Lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo”.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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