Mientras el Grupo Teatro Escambray se desarrollaba en los primeros años de la década de los 70 del siglo pasado, desde su sede en las serranías de La Macagua, cerca de allí, en Topes de Collante, eran esperados varios especialistas foráneos que impartirían un curso con el método de interpretación de Stanislavski.
Los periodistas fuimos de los que más esperamos porque llegamos antes para asistir a una conferencia de prensa, antes de iniciar la capacitación en la que estaban interesados teatristas de varias provincias.Una vez concluida la ronda de preguntas y respuestas, y tomando en cuenta la hora, aplazaron el comienzo del curso para el siguiente día por el cansancio del viaje de los conferencistas que declinaron ingerir ningún alimento porque consideraban que no se habían ganado el salario ese día.
Jocosamente alguien comentó que el no comer por no haber trabajado podría ser el uso de la tecnica Stanislavski, pero un colega, Lino Oramas, con aquella parsimonia habitual que le caracterizaba, dio una explicación de que no se trataba de que estuvieran controlando emociones, inspiración, ni hambre.
Más o menos dijo: Señores, no ofendan a Stanislavski, eso no tiene que ver con su método, pudiera ser otra cosa como la teatralidad y seguidamento amplió la explicación que no recuerdo, por lo cual busco la definición: Exageración o afectación en la forma de actuar o hablar de una persona, generalmente para llamar la atención o para conseguir algo.
Versiónes sin confirmar recordadas después de más de cinco décadas, decían que los teatrólogos confesaron haber comido algo durante el trayecto en el cual habían tenido dificultades con el vehículo que los transportaba.
En fin, no será posible desentrañar el misterio, y si viene hoy a la memoria es porque se despertó al conocer que alguien ha sidocapaz de actuar fingida y exageradamente como si fuera un convencido de la justeza de la causa que defiende tratando de derribar un gobierno por instrucciones de potencias extranjeras.
En el caso de esa teatralidad ya no hay enigmas, y todas las preguntas que circulan por las redes sociales en los ultimos días tienen contenidas en sí la propia respuesta:
¿Sabía que no estaría en Cuba el 15 de noviembre si llegó el 17 a Madrid? ¿Cuándo decidió ese viaje? ¿Cuánto tiempo demoró en trámites de pasaje y solicitud de visado? ¿Por qué no informó de su viaje a sus correligionarios al comunicarse con ellos por el útima vez el día 14 por la tarde? ¿No se enteró que estaban haciendo denuncias por su desaparción? ¿Ese viaje lo preparó en solitario o alguna potencia extranjera tuvo participación? ¿Qué piensan ahora quienes subieron a escena con este dramaturgo? ¿Alguien imaginó que esta puesta en escena sería en dos temporadas: una en una ventana y la otra en España?
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