Cuando comenzó la década de los 60 del siglo pasado, ya existían personas como el desaparecido cronista deportivo Miguel Angel Pérez Cuellar (Mike Pérez) que viajaba una vez al año a territorio de Estados Unidos trabajaba y regresaba con dinero para hacer compras en Cuba, y también con algún que otro regalo destinado a familiares y amigos.
Contaba que “por allá afuera” encontraba muchos cubanos que, como él, iban dispuestos a realizar cualquier faena, lo cual era recompensado con los dólares para el sustento familiar, pues con ellos podían comprar de todo.
También había quienes estaban más tiempo fuera que adentro porque estaban casi todo el año y regresaban de vacaciones trayendo también obsequios, pues el dinero lo enviaban periódicamente.
Este proceder tradicional fue drásticamente suspendido en tiempos de los primeros días de los años 60, y con ello se interrumpió también el ingreso de productos traídos en el equipaje de los viajeros, pero la importación no comercial no dejó de existir.
Desde la visión de un pequeño puerto pesquero al sur espirituano, Casilda, se veía cómo los hombres dedicados a la pesca, o sus familiares y amigos usaban prendas y objetos inexistentes ya en el mercado interno, pues los compraban al hacer alguna escala en alguna nación.
Deslumbrados por esa posibilidad, no faltaron quienes aspiraron a ser pescadores, y otros se inclinaron por ser marinos mercantes, sobre todo, cuando uno de ellos importó un automóvil que manejaba el padre.
La avalancha de ese tipo de importación creció con las becas en los países del otrora campo socialista, pues los estudiantes retornaban en sus vacaciones trayendo hasta ropa invernal, pero también grabadoras, gafas para el sol, relojes y otros artículos muy demandados que en los primeros momentos estaban destinados a satisfacer necesidades.
Hubo otra etapa en que si aquellos estudiantes no salían a venderlos, otros los contactaban para proponerles que les compraban los productos inexistentes en la red de tiendas minoristas nacionales.
Con tales antecedentes, y sin dudas, puede haber otros más, a quienes realizan viajes por motivos familiares o de trabajo, se sumaron los que expresamente compraban el pasaje en avión, portaban dinero para alojamiento y alimentos, además del destinado a adquirir los artículos que las normas aduanales permitieran, y en cantidades que las aerolíneas autorizaran.
También estos últimos viajeros, como personas naturales, llenaron un vacío y resolvieron numerosos problemas de carestía al contribuir positivamente a la prestación de servicios entre los propios integrantes de cada comunidad.
No se ha prohibido que continúen trayendo productos dentro de lo establecido, pero tendrán que importar lo que por las vías normales existentes en el mundo, no puedan adquirir sus conciudadanos, tal y como ha sido hasta el momento.
Ni personas como mi desaparecido colega, ni los pescadores y marinos, ni los que obtuvieron becas en el extranjero abrieron puertas de salida de dinero convertible, la moneda que actualmente se requiere para beneficiar a todos.
De ahora en adelante, cuando el segmento de la población con posibilidades hace una compra en la red minorista que opera en divisas mediante tarjetas magnéticas, también está contribuyendo a que la industria nacional se reactive para incrementar los abastecimientos.
La importación para la venta irregular no está prohibida, pero ahora se requiere intensificar y refinar la gestión de venta por parte de las personas naturales dedicadas a este proceder.
Ya en los sitios de redes sociales comentan que el USD se cotiza en la calle a más de 1 CUC.
arturo chang
1/11/19 12:36
Paloma y sachiel: muchas gracias por colaborar en este espacio con sus Comentarios Digitales. Les agradezco poder comunicarme con ustedes a través de mi correo chang@vanguardia.cu Gracias
Paloma
1/11/19 10:08
Saludos estimado Chang; he estado al tanto a través de los medios de estas medidas y en principio considero que uno de los principales logros es burlar el bloqueo económico con todas sus consecuencias para nosotros, independientemente de quienes puedan acceder o no a estas posibilidades. Creo también que no son pocas las personas que pueden hacerlo y eso lo demuestra las colas en los establecimientos. Por otra parte es una vía garantizada para la adquisición de equipos puntuales para los TPC que han emprendido sus negocios con perspectivas de éxito y sobre todo es una vía más para adquirir MLC para nuestro país. Es decir, todos nos beneficiaremos de una u otra forma. En cuanto al mercado subterráneo, ese nunca dejará de existir y será más o menos fuerte en correspondencia con las acciones de control que se ejecuten por las autoridades competentes. !Buen fin de semana!
sachiel
1/11/19 11:17
Respondiste por mi al fraterno Chang, Paloma, mil gracias, y sólo agrego: eso, nunca dejará de existir, es decir la importación no comercial (aunque despues comercien minoristicamente) por personas naturales....
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