Links: antes de Internet y fuera de Internet

Fijan el surgimiento de Internet en los inicios de la década de los 80 del siglo pasado, pero ya desde mucho antes, tanto tiempo atrás como los comienzos de la acción de caminar, ya había personas que pudieran calificarse como precursores de un procedimiento sin el cual no se concibe la red de redes.

Cuba tampoco estuvo fuera de las posibilidades de contar con individuos tan adelantados que cualquiera podría creer que los tomaron como modelo para establecer las maneras navegar por el ciberespacio.

Nadie queda fuera de haber actuado así en algún momento, aunque existen quienes casi permanentemente son de ese modo, y nunca antes nadie les dijo que se guiaban por un link porque linkear, linkeado, hipervínculo, hipervinculado eran vocablos que se popularizaron a partir de la Web.

No obstante, sobre todo a los niños (cuando actúan con exceso de movilidad al desplazase vertiginosamente hacia un objetivo u otro según le llamara más la atención), les han dicho que les echaron pica pica o que tienen jiribilla o lo son.

Esa rapidez de desplazamiento no compete únicamente a lo físico, pues también abundan, quizás más de lo deseado, los que van constantemente de tema a otro, hasta hacer una disertación difícil de pronosticar a dónde irá a dar y mucho menos en qué momento terminará.

Cuando cree que el asunto está agotado, una simple frase de cortesía como respuesta puede ser el link que estimule a tratar sobre la más insospechada de las materias y así de una a otra hasta el infinito, o más bien: al infinito aburrimiento.

Dicen con razón que la web se asocia con linkear información desde y hacia cualquier lugar, incluso offline, pero harina de otro costal es naufragar en vez de navegar, pues lo primero es lo que provocan algunas intervenciones en las reuniones.

No es lo mismo desplazarse a través de una red o de un sistema informático que provocar un entorno incontrolable en el cual la reunión convocada para debatir sobre la organización de un trabajo voluntario vaya por los derroteros de discutir la crisis causada en la Tierra del Fuego por el conflicto en Ucrania.

Estos personajillos son el equivalente al peor de los virus informáticos para los cuales hay que estar dotados de “antivirus” como definir bien el orden del día de la reunión, conducir con amabilidad y firmeza las intervenciones de modo que no se desvíen, y tomar notas, además de que alguien haga el acta que debe recoger los planteamientos, acuerdos y asuntos pendientes.

Quienes presiden la reunión deben estar alertas para identificar a quienes hasta involuntariamente disocian la actividad, y a veces hasta resultan graciosos y dan la nota humorística en instantes tensos, pero a tiempo y con buenas maneras puede lograrse que lleguen a ser los que más aporten.

Tampoco es la guerra a los links, pues puede tratarse de ejemplos válidos o datos para contextualizar y que son un apoyo para que la reunión no sea un encuentro donde se escatiman minutos, pero se pierden horas esteriles.