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domingo, 24 de noviembre de 2024

Ladronzuelos de felicidad

Hay personas que hasta sin proponérselo impiden, o al menos tratan, de que otros sean felices...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 23/12/2016
2 comentarios
Ladronzuelo-de la felicidad
Hay personajillos que intentan, conscientemente o no, robar la felicidad. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Uno de los primeros aparatos para ver la televisión en el pobladito pesquero del centro sur espirituano de Casilda fue el de mi casa, donde en 1961 se agolpaba frecuentemente un grupo de niños frente a un modelo de Motorola que para ese momento ya se consideraba antiguo.

Y como la primera vez es difícil de olvidar, estoy entre los que recuerdo que al prender el aparato por primera vez no se veía bien porque estaban ajustando la antena, y transmitían unos muñequitos que ya estaban casi al finalizar. Se trataba de un personaje, quizás un pájaro negro, que se sentía feliz y cantaba en cualquier circunstancia que lo colocaran, y creo que hasta explicaba a su torturador el porqué de su alegría en cada una de las ocasiones.

Desde entonces, cada vez que puedo miro la programación infantil buscando infructuosamente que repitan aquella comiquita, como también le llaman en otros países. Aunque nunca supe el título, ni entendí mucho como espectador de 9 años de edad, interpreté que la felicidad depende mucho de uno mismo y no de lo que otros hagan a favor o en contra.

Hace pocas horas puse en práctica la moraleja que extraje, a mi manera, de aquel muñequito visto incompletamente. Vivo en un quinto piso del edificio más alejado de la cisterna desde donde se bombea el agua, por lo cual, si falta el líquido varios días, cuando restablecen el servicio debo esperar un tiempo difícil de determinar hasta que todos llenen sus depósitos y permita que la presión sea suficiente para llegar a mi casa.

Eso hace que, si desde el acueducto suministran el agua un solo día y, por los tantos motivos que pueden presentarse es a los cuatro que vuelven a abastecer, no recibiré el vital líquido porque es a partir del segundo día que tendrá la presión necesaria.

Ya no podemos acudir a un pozo que había a 20 metros porque lo sellaron para colocarle una turbina, como han hecho en todos los restantes cinco pasos de escalera para abastecerse, dejando fuera al sexto, donde todavía no hemos logrado hacer funcionar el nuestro.

Hemos tomado con alegría que a unos 50 metros hay otra fuente de abasto. En vez de algunas palabritas de aliento, o de decir: “menos mal que tienen ese pozo, porque en más de diez cuadras a la redonda no hay otro”, la mayoría de los que pasan, por supuesto que no ayudan a darle a la palanca para extraer el agua, pero suelen saludar con: “Está dura la palanquita esa… ¿eh?” o “No es fácil”, “Y la cisterna sigue vacía”.

Lo más común es que se cargue el agua con un cubo o una tanqueta de hasta 20 litros, sin embargo, yo la transporto cómodamente y con mínimo esfuerzo, en un recipiente plástico de 27 litros sobre una carretilla plegable con la cual subo un escalón tras otro hasta completar los 70. Pocas veces he recibido aliento o elogios por la idea, y en casi todas las ocasiones han expresado estar condolidos o recibo una disertación sobre lo que demoro en subir con el artefacto que facilita la dura faena.

Y lo que pensaba, pero no decía, fue dicho por un buen vecino que nunca falta: “No quieran amargarle la vida que él es feliz porque todavía busca el agua cerca, usa una carretilla con la cual sube escaleras y, además, combate el sedentarismo; y como su trabajo es intelectual, esto le permite cambiar de actividad y así no se aburre”. Por supuesto que los aludidos aclararon que para nada querían amargarme la vida, aunque lo cierto es que de tanto repetirlo...

“Tú —me sugirió—, que te dedicas a escribir, debieras hablar de ese tipo de gente que ellos mismos se dan lástima o quieren que los demás la tengan de sí mismo, de los que se hacen las víctimas y también pretenden que otros hagan igual, que no pierden la más mínima de las ocasiones para lamentarse, pero tampoco buscan otros modos de resolver el problema”.

“Mira —agregó—, puedes dedicarle una sección a lo que decía mi abuela de esas personas: Lo que hacen es aumentar los males hablando todo el día de sus desgracias y las ajenas, porque desgracia atrae desgracia”.

Aceptada la sugerencia, he contactado a especialistas de la rama del comportamiento humano, además de consultar la bibliografía que me recomendaron. Por tanto, en próximos espacios continuaremos intercambiando sobre esos personajillos que intentan, conscientemente o no, robar la felicidad.

NOTA: La psicóloga Valia García Álvarez sugirió que el tema era oportuno para las últimas semanas de 2016, cuando la mayoría de las personas se hacen promesas de cambios en el nuevo año.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 2 comentarios


Cuco
 23/12/16 13:22

Amigo Chang saludos parafraseando al inolvidable chafal primero me pongo el sombrero con su tema y lo gozo pero despues me lo quito y reflexiono .  El temna del agua para mi es muy cercano  . le digo durante 29 años 6 meses  y 14 dias he vivido en Sta Catalina en mi opinion uno delos mejores barrios de nuestra ciudad. Pero y siempre lo hay con un historial impresionante con el tema del agua y sus cubitos . oiga me retrato . yo hasta hace un año era gordoy sedentario y cargar agua  era mi mejor ejercicio  por suerte me libre dela gordura haciendo camitadtas y y dietas y el agua mejoro . le comento que si vertiera  en una piscina olimpica los cubos y cubetas que cargue desde la cisternas hasta mi cas no dada para ahogarse pero al menos psi para aprender a anadar . Ñooooo  traumtico oir  a la vecina Chismosas de arriba anunciarte con creo yo que satisfaccion HAy ROTURA en eOCHOITA .jaja me erizo . Nada  pero bueno en realidad ha mejorado bastante el suministro y  los SAntaCatalineros tenemos mas cultura hidarulica  que el je de complejo nuevo ese que hivccieron en holguin.  En cuanto alos  pewrsonajes que no  capaces de disfrutar el exelente ejercicio cardiovascular que es  subir un  Buen cubetazo de 20 lts por 5 pisos ,  al decir del cabo pantera no sabe lo que esla vida . Ah por cierto  Hace unos dias cambie el estatus de pilongo paera cangrejero que es el sinomino de pilongopara los que viven en caibarien . Hace 15 dias me fui a vivir alla en caibarien y alli por suerte  los problemas de agua todavia estan en primaria ... Chao me gusto mucho la columna . hoy

 

unavictima
 23/12/16 14:36

Yo soy una de las víctimas de esos ladrones de felicidad.

A mi me la roban todos los días esos ladrones que no son pocos. Cuando me levanto, ya estoy oyendo sus cantaletas y cuando se acerca el mediodía me veo a punto de cortarme las venas porque la verdad es que esos tipejos le hacen la vida un yogur a cualquiera.

Bien valdría la pena que el profesor Calviño le dedicara algunos programas a este asunto,. Caray, y por supuesto, que esta columna se mantenga. Y si es posible que trasladen opiniones de los especialistas sobre cómo evitar este robo que tanto daño nos hace.

Agradezco este artículo porque me ha abierto los ojos. De ahora en adelante, trataré de no seguir siendo una víctima.

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