Al leer los post anteriores —Parte I y Parte II—, algunos se han acordado de este redactor de origen chino, para indagar por el modo de preparar “un paquete de granitos pequeñitos verdes redondidos” etiquetados algunas veces como frijoles. En esos casos, he hecho la suposición de que son los conocidos como frijolitos chinos, pero la confirmación está en otras llamadas en las que explican que la envoltura sí lo dice.
Aunque muchos me contactan para preguntar, casi todos explican lo que hicieron: los cocinaron como si fueran lentejas y le agregaron todo tipo de especias y sazonadores; otros confiesan no haberles gustado el sabor.
Así ha sucedido en estos días en que se va extendiendo por todo el país la distribución de los módulos de alimentos donados a Cuba por otras naciones y se está haciendo popular el tema de cómo preparar cada uno de estos productos. Ese conjunto cuenta con cuatro renglones que, en lo fundamental, deben mantenerse: arroz, granos (lentejas y/o frijoles), pastas alimenticias en todos sus surtidos y azúcar, en volúmenes que oscilan entre ocho y nueve kilogramos.
En correspondencia con la disponibilidad, puede existir una compensación de los cereales (por ejemplo, más arroz y menos pastas, o viceversa), pero lo que está dispuesto es que todos, los cerca de 3,8 millones de núcleos familiares, lo reciban.
Para distribuirlo ha habido que desplegar un rápido mecanismo a escala nacional, pero también en el ámbito hogareño tiene lugar un movimiento de preparación, sobre todo por parte de los encargados de cocinar, aunque el resto de la familia también opine.
Los intercambios suceden cotidianamente porque quienes aún no han recibido el módulo contactan a los beneficiados para conocer la calidad y, sobre todo, la manera en que consumen los frijolitos que no pocos ven por primera vez en su vida.
A unos los he remitido a textos relacionados con las recetas de cocina y a otros he confesado lo siguiente: Muy pocas veces lo consumí como potaje, pues mis padres, ambos emigrantes chinos, lo ponían en la mesa como ensalada después de hacerlos germinar en una tinajita que parecía mágica, pues según iban extrayendo, más crecían y volvían a llenar el recipiente.
Sin excepción, todos aludieron entonces al famoso “arroz frito” que algunos erróneamente le atribuyen ser en China el equivalente a la carne de puerco, el congrí y la yuca con mojo en Cuba, pero este es un tema para otra ocasión.
“Si es así, se trancó el dominó porque no tengo para hacer un arroz frito”, dijeron varios, a lo cual repliqué: “También los puedes consumir como ensalada después de germinarlos y los preparas como mismo haces con la lechuga, el tomate y los pepinos. Si te gusta, se lo agregas a la tortilla, el revoltillo o al sofreír cualquier otra cosa...
Y entonces, la pregunta que nunca faltó: “¿Y cómo los germino? ¿Cómo se hace un germinador?”
Al escuchar varias de estas conversaciones, la pequeña Mariam, que ya mediante teleclases está concluyendo quinto grado, preguntó: “Si desde tercer grado enseñan cómo hacer un germinador, por qué ellos no lo saben hacer”.
Amablemente ella aceptó mostrar en el siguiente video cómo hacer un germinador sencillo, tan solo con una latica con agujeros y tres o cuatro cucharadas de los frijolitos.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.