Contaba Elio Alvarez Puig que antes de ir a solicitar trabajo como empleado en una bodega del poblado de Florida en la década de los años 50 del siglo pasado, tuvo que aprender una habilidad manual llamada “envolver”.
En la época existían las llamadas resmas (500 pliegos) que eran 20 “manos” de papel que a su vez consistían en cinco cuadernillos cada uno con cinco hojas de papel de color amarillento con el cual se envolvía más o menos una libra de algún producto.
Si no se sabía hacer esa operación, era imposible aspirar a un puesto como bodeguero, pues era a partir de dos o tres libras que se usaban los cartuchos de variados tamaños hasta llegar al de poder contener una arroba (25 libras).
Existían zonas donde la mayoría de los clientes hacían compras al día que no rebasaban la libra, pues dependía del dinero que iban ganando en cada jornada, razón por la cual en las tiendas se usaban más los pliegos de papel que los cartuchos.
Había quienes como en el caso de Elio, desarrollaron una habilidad tal que eran capaces de hacer el envoltorio sin nada, es decir, le daban forma “envolviendo con aire, y eso lo hacíamos para que fuera más presentable y además, para que a la vista pareciera más cantidad”.
Quienes alguna vez hicimos aquellas compras envueltas con maestría, o tuvimos que desempeñar esas habilidades como bodegueros, nos encontramos otro hecho demostrativo de que los tiempos cambian, y también se transforman quienes lo viven.
Actualmente el cliente lleva la vasija o cualquier envase, o muy poco podrá comprar de la cuota mensual en la bodega, pues se ha introducido la modalidad de que el comerciante no tiene la obligación de facilitar en qué contener la mercancía.
Otro proceder único en el mundo es que el cliente tiene que comprar las jabitas plásticas para transportar cualquier producto, salvo en muy contadas unidades comerciales al cual únicamente tienen libre acceso un selecto número de personas.
Sin dudas, los de la generación de Elio nunca llegamos a imaginar que alguien pudiera estar en las afueras de aquellas bodegas con una resma de papel para venderlas a los que en aquel entonces eran llamados “marchantes”, es decir, los vecinos que compraban en la tienda del barrio.
Hoy es imposible presentar la imagen de una bodega o cualquier otro centro comercial, sin esa persona, casi siempre en edad de jubilación o más, con la oferta de jabitas a 2 pesos si estatalmente se venden a 1, a 3 si es a 2 y así parece ser que será sucesivamente incrementado en la misma medida en que oficialmente se establezca el precio de lo que se obsequia en cualquier otro lugar del planeta.
Odalys Álvarez
30/5/22 8:23
Gracias por escribir teniendo como referencia a mi querido padre: Elio Alvarez Puig. Siempre contaba esas y otras historias con el servicio hasta las casas y siempre q querías salir y no encontrabas jabas él sacaba una de su bolsillo muy bien doblada. Gracias, recordarlo es mantenerlo vivo en la memoria y el corazón
Arturo Chang
2/6/22 17:51
Efectivamente, y antes de introducirlas en un bolsillo, decía: Por si acaso..lo cual me recordaba que en Moscú, en los años 90, le decían La por si acaso, a unas redes en forma de bolsa, Ya no recuerdo cómo se dice en ruso.
Ramóntito Gómez
29/5/22 11:10
El problema es que hace mucho tiempo se abandonó la fabricación de cartuchos de papel, que pudieran tener muchas explicaciones diferentes del motivo que lo causó pero la realidad es que se abandonó y estamos sufriendo las consecuencias con el medio ambiente. También se abandonó el papel para envolver como lo describe el video y su práctica, y que seguramente tendrían que pasar unas prácticas con dicho video los actuales dependientes de todo el país.
Jorge Luis Michelena
29/5/22 10:23
Coño Chang pero estamos hablando de comercio 'normal'... jjj aquí crees que podemos estar pensando en la bobería de la jabita... noooo... jJajjajaba
Marta Hernandez
29/5/22 10:23
Hay muchos países con diferentes estrategias para disminuir el uso de jabas de nylon, que incluyen propagandas para que los clientes lleven sus bolsas, otros comercios venden la de nailon pero hay incluso comercios amigables con el medioambiente a los cuales tienes que llevar el envase pq no ofertan ninguno ni vendido, así y otros venden jabas biodegradables para que los clientes las usen y se lleven ahí sus compras.
Lesmes La Rosa
29/5/22 10:22
Arturito, te comento que hace unos años estuve en un país de Suramérica. Tuve una buena comunicación con mis anfitriones, toda vez que me hospedaba en su domicilio. Con la confianza existente la dueña de la vivienda me dejó una lista de producto que debía adquirir en el supermercado cercano. Quedé solo en la casa y la registré de punta a cabo en busca de las concebidas jabas. No encontré alguna y decidí no hacer los mandados. Cuando regresó la señora me preguntó por la encomienda y la respondí: dónde iba a traer las cosas si no encontré una maldita jaba aquí. Entonces me dijo ¿qué es jaba?. Le respondí jaba es donde se echan las cosas, son de nailon. Algo risueña,me expresó.pero, señor, esas son bolsas y cuando usted compra se las dan en el establecimiento. No tiene que llevar nada. Así lo comprobé en los diversos comercios, tanto de víveres como de otros productos. Queda por tí, Arturito, sacar tus conclusiones. Luego te diré lo que me ocurrió con un taxi.
José Angel Mariño Hernandez
29/5/22 10:20
Los tiempos han cambiado, cualquiera es bodeguero y cualquiera tiene un celular, antes era cartucho, ahora es más moderno: jaba nylon, aunque desbarate el medio ambiente.
Garcia Hernandez Maria de los Angeles
29/5/22 10:19
Mi papá es un experto en ese tipo de envoltura. Fue bodeguero por más de 60 años.
Juan Carlos
28/5/22 9:48
Jajaja. en tu pueblo quizas se encuentren jabitas a ese precio, en La Habana entre 4 y 5 pesos dependiendo de la oferta, nunca del precio estatal.
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