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lunes, 25 de noviembre de 2024

El bibliobus

La biblioteca Gustavo Izquierdo Tardío, de Trinidad, sabía que las montañas no irían hasta ella, por eso fue hasta el lomerío del Escambray...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 18/09/2020
4 comentarios
Bibliobus-chang
No faltaron quienes llegamos a creer que la guagua convertida en biblioteca ambulante, algún día sería reemplazada por una más adecuada. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Los tiempos cambian, pero una cosa es que lo bueno de un tiempo se mantenga y desarrolle y otra que perezca por roturas como un ómnibus perteneciente a la biblioteca Gustavo Izquierdo Tardío, de Trinidad, que recorría zonas montañosas pertenecientes a la serranía del Escambray entonces perteneciente a la antigua provincia de Las Villas.

A mediados de la década de los 60 del siglo pasado, aquel vehículo ya viejo, recorría las comunidades de Condado, Caracusey, Manaca y más allá de lo que se observa desde lo alto de la torre de unos 45 metros que hoy es un sitio de interés turístico desde el cual se divisa el Valle de los Ingenios, declarado Patrimonio de la Humanidad.

No faltaron quienes llegamos a creer que por el favorable impacto cultural de la guagua convertida en biblioteca ambulante, algún día sería reemplazado por una más adecuada para atravesar el lomerío que fue escenario de una campaña de alfabetización que convirtió a toda su población en lectores potenciales.

Un hombre muy paciente, con un nombre nada común, Evencio, fue capaz de interesar, primero a los niños, después a las amas de casa, y finalmente a todos con su táctica infalible: observaba a las personas, conversaba con ellas e indagaba sobre sus posibles libros de intereses para en las próximas visitas llevárselos.

Evencio debe ser ya un hombre muy entrado en años que seguramente tendrá como un momento trascendental de su biografía el trabajo como bibliotecario a bordo de un singular ómnibus conocido en la serranía escambradeña como El Bibliobus.

En una de las tantas ocasiones en que el vehículo estuvo roto vaticinaba con preocupación que podría ser una paralización para siempre, y se lamentaba de algo que ya ocurrió: no guardaron el ómnibus en un museo para mostrarlo a las actuales generaciones como un esfuerzo supremo por fomentar más que la lectura, una amplia cultura en todos los sentidos.

Puede que en los tiempos actuales haya alternativas para no tener que usar un bibliobus en zonas montañosas o apartadas de los centros urbanos, pero como están los hábitos de lectura, la crisis en la impresión en el soporte de papel y otras tantas situaciones, sería conveniente no perder de vista la filosofía que animó a emprender aquella gestión itinerante.

No hay que aferrarse únicamente al regreso de un servicio sobre una guagua, pero si cada vez las tiradas de los ejemplares son más reducidas, los precios suelen ser altos, podríamos llegar a la conclusión de que la labor de préstamos que hacía el bibliobus merece ser tenida en cuenta para continuarla en las condiciones presentes.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 4 comentarios


ubaldo echenagusia Peña
 8/5/21 19:29

Si interesa conocer más sobre la biblioteca viajera yo puedo ayudar y así homenajear a Pedro irraragorri y Joaquín Zerquera

ubaldo echenagusia Peña
 8/5/21 19:02

Es cierto la existencia del Bibliobus desde que se inauguró la instalación"dije la noche de la inauguración, junto a este local se pone en función EL Bibliobus " Poco tiempo después quizás tres o cuatro meses se comienzo a prestar servicio. Se incluía Banao y las Tozas y Cacahual pues formaban parte del Plan Escambray. Aún y con fuerza se desarrollaba"La limpia del escambray" .

Víctor Fernández
 19/9/20 8:49

Lo interesante o triste de esto es que a cada rato aquí en internet aparecen "especialistas" cubanos vendiendonos la "innovadora" idea actual de los bibliobus.

Arturo Chang
 20/9/20 12:37

Víctor: Tan testigo soy de que la biblioteca de Trinidad tenía ese bibliobus en la década de los años 60 del siglo pasado, que no fueron pocas las veces que me dieron "botella" para ir hasta los cañaverales de Condado y Caracusey.

Hay reportajes de la época que hablan de la experiencia del bibliobus.

 

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