Obesidad por dentro

La obesidad y el sobrepeso son enfermedades crónicas. Pero, además, son de carácter grave. Sirven como perfecto trampolín para desarrollar muchas otras dolencias, tampoco nada fáciles de sobrellevar.

Las personas con sobrepeso tienen un índice de masa corporal (IMC) entre 25 y 29.9. Llegan a ser obesos aquellos con un IMC de 30 en adelante.

Un peso normal se encuentra en el rango de 18.5 y 24.9 de IMC.

El IMC consiste en una ecuación dada por la relación existente entre el peso de cada individuo expresado en kilogramos, cuando se divide entre su talla en metro y fracción elevada al cuadrado. Según la cifra resultante, se clasifica a la personas en cuanto al peso. Un kilogramo es igual a 2.2 libras.

Los más interesados, previsores, inteligentes y sagaces deben hacer un alto en este preciso momento y obtener su IMC antes de seguir leyendo. Aunque sea con cifras aproximadas en cuanto a peso y talla.

NO ES DE JUEGO

Tanto el sobrepeso como la obesidad son enfermedades crónicas graves, así como medios perfectos para desarrollar muchas otras afectaciones en el organismo.

Alrededor de 2200 millones de niños y adultos, o sea, el 30 por ciento de la población mundial, padecen actualmente problemas de salud relacionados con la obesidad y el sobrepeso, según una investigación mundial sobre sus efectos publicada en la revista The New England Journal of Medicine.

Y un porcentaje cada vez mayor de personas mueren por estos problemas de exceso de peso al aumentar el riesgo de sufrir enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes o diversos tipos de cáncer.

Además, esta investigación ha demostrado cómo de los 4 millones de muertes atribuidas al exceso de peso corporal en 2015, casi el 40 por ciento se produjo entre quienes tuvieron un IMC correspondiente a personas con solamente sobrepeso corporal. O sea, entre 25 y 29.9.

Por lo tanto, no es necesario ser un obeso pleno con un IMC de 30 en adelante para sufrir las serias consecuencias de las libras sobrantes. Un poco más de tejido adiposo ya es suficiente para complicarle la vida a cualquiera.

LA CONSIGNA ES PERDER PESO

Perder peso, aunque sea de forma moderada, mejora la salud y reduce los factores de riesgo. Solo se trata de proponérselo, encontrar una forma saludable, agradable, fácil de hacerlo… y comenzar.

El simple deseo no lo es todo para conseguir nada, pues es necesario comprometerse y tener un plan bien pensado.

REALISMO PRODUCTIVO

Se debe pensar en los aspectos de los estilos de vida posibles de cambiar capaces de ayudar a perder peso y buscar ayuda profesional para enseñanza y control de esa mudada de costumbres.

Para quien desee perder peso de manera organizada, consistente y definitiva,

simplemente debe comenzar por hacer un compromiso consigo mismo y si lo considera necesario, plasmarlo por escrito como si fuese un contrato.

Debe hacer constar la cantidad de peso que desea perder, la fecha aproximada final en que busca haberlo perdido, los cambios en la dieta que hará para adoptar hábitos de alimentación saludables y un plan para hacer actividad física de manera regular.

Es recomendable hacerse una foto de cuerpo entero antes de comenzar a bajar de peso, otra a mitad de camino y una final con ropa elegante y la nueva persona muy acicalada. Hacer un montaje digital con las tres fotos en orden secuencial y cada una con el peso y la fecha. Imprimir el conjunto en una sola foto, colgarla en la casa en un lugar visible y santo remedio para evitar recaídas.

Se deben fijar metas realistas a corto, mediano y largo plazo, concretas y posibles de cumplir.

Si se dice “voy a hacer más ejercicio” no es una finalidad en sí misma. Pero si dice “voy a caminar 15 minutos, 3 días a la semana en la primera semana”, y lo anota en su diario, se está fijando un objetivo definido y realista para esa semana inicial.

Los cambios pequeños, pero constantes, de todos los días llevan a la larga a grandes resultados.

Es importante unirse con personas con quien puede hablar y recibir apoyo. Tal vez compañeros de trabajo, familiares o vecinos con metas similares. Juntos pueden compartir recetas y hacer un plan de ejercicios en grupo.

Y, por supuesto, la pesa es la brújula que guía, salva y previene. Sin miedo alguno, utilizarla con la mayor frecuencia posible y anotar resultados. A diario sería lo ideal.

EVALUACIONES PERIÓDICAS DE LOS ÉXITOS

Se deben revisar las metas propuestas y evaluar su progreso en forma regular. Se le debe dar valor a los logros y enorgullecerse de los progresos. Pero en lo posible se debe ser reservado.

No ande pregonando alegremente sus planes, pues fácilmente pueden surgir los “saboteadores” a sus buenas intenciones. Son los eternos negativos, timoratos y sembradores de pesimismo de todo buen empeño, muchos de ellos celosos del éxito ajeno. Aparecen donde menos se les espera y mientras más cercanos, peor su influencia.

LOS TRIUNFADORES DE LA VIDA

Para bajar de peso, como para cualquier otro objetivo, la persona interesada debe ser ambiciosa, emprendedora, deseosa siempre de alcanzar sus objetivos y sin posponer ni un segundo la ejecución de sus planes cada día de su vida.

Pensar siempre en positivo, en el “sí se puede” y desechar cualquier temor o duda en relación al éxito final y permanente para alcanzar una buena salud y una figura perfecta.

En relación a la eliminación de las libras sobrantes, no importa cuántas sean, la meta es ganar o ganar. Es mucho lo que está en juego.