El peso corporal durante la cuarentena

Antes de la llegada de esta pandemia a nuestras vidas, la obesidad y el sobrepeso ya afectaban a millones de personas en todo el mundo. Para empeorar las cosas, el excesivo peso corporal está muy vinculado a personas que padecen diabetes mellitus tipo 2 y otras diversas enfermedades.

LA SOCIEDAD ACTUAL

Pero es aún más lamentable que actualmente existamos en una sociedad donde el placer, la buena vida y la satisfacción se vinculan en general a excesos de todo tipo, incluida la comida, la vida sedentaria y las adicciones tóxicas. Y, hacer ejercicio físico, comer sano y llevar una vida libre de peligrosas adicciones se vincula con privaciones, sufrimiento, hambre, ascetismo, mojigaterías y prohibiciones.

LA SOCIEDAD ACTUAL Y EL PESO CORPORAL

Ya es costumbre vivir en una sociedad con sobrepeso y obesidad, con personas vestidas con tallas grandes y con diabetes tipo 2, colesterol e hipertensión arterial, aún en edades jóvenes. Quienes aumentan de peso lo primero que hacen es comenzar a utilizar una mayor talla de ropa, pero la mayoría no se preocupa por iniciar una dieta saludable baja en calorías o comenzar a ser más activos. Prácticamente se hace normal un nada sano estilo de vida muy dañino y negativo.

Desgraciadamente aumentar de peso no solo cambia la imagen, sino que es un importante factor de riesgo de padecer enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardiovasculares o el cáncer, tan comunes en nuestra sociedad.

NUESTRA RÁPIDA SOCIEDAD

En el mundo actual se anda rápido y no hay tiempo para nada, aunque tal vez no se desee tenerlo para cosas que no nos apetecen o no nos resultan atractivas; por eso los buenos propósitos acaban siendo pospuestos para mañana o para el año nuevo.

Pero sin saber y sin querer saber, o acaso sabiendo, se termina consumiendo alimentos con azucares añadidos, harinas refinadas y exceso de grasas añadidas, o sea, la llamada comida chatarra o comida tóxica.

PANDEMIA Y ALGO MÁS

Esta época de pandemia y confinamiento es algo nuevo para todos, por eso es necesaria una adaptación a estas actuales circunstancias.

Desde el punto de vista de la actividad física y la alimentación, pasar más horas en casa es un arma de doble filo, pues facilita un aumento del sedentarismo por las horas dedicadas a estar en la cama o sentados en el sofá frente a las pantallas con un aumento simultáneo de la cantidad de calorías consumidas a través de nuestra, a veces incesante, alimentación.

Estar encerrados en la casa por tanto tiempo es novedoso en la vida de todos los ciudadanos del mundo, en el mismo entorno y durante muchas horas, y en algunos puede generar ansiedad y casos de depresión.

UN REFLEJO DE LA PANDEMIA

Esta situación tan estresante, sumado a noticias poco esperanzadoras sobre el añorado fin de la COVID-19, puede reflejarse en un aumento del consumo de calorías, se acude más veces al refrigerador o al recipiente tapado en la meseta de la cocina lleno de papas fritas y muy posiblemente se seleccionan alimentos placenteros como los grasosos y los dulces, siendo ellos los que tienden a ser más calóricos y con menos nutrientes. Para empeorar las cosas, la motivación para realizar actividad física o algún deporte dentro de la casa en general disminuye, excepto para deportistas necesitados de un entrenamiento constante como parte de futuros éxitos en su disciplina; la tendencia del común de las personas, cuando más, es a realizar sesiones de entrenamiento irregulares, cortas y de menos intensidad.

LA COMPETENCIA POR LA VIDA

No obstante, todos debemos pensar que nuestro entrenamiento en estilos de vida saludables, aun en plena cuarentena, es para triunfar en la carrera de la vida y contra los terribles competidores llamados enfermedad y muerte. Tal actitud nos premiará con una sana vida con más años de vida útil y más deseos e inteligencia para alcanzar nuevos éxitos en lo social, lo familiar y lo económico.