La gripe es una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias. Es producida por un virus de elevada capacidad de transmisión y pasa con mucha facilidad de una persona a otra a través de unas pequeñas gotas de saliva que se expulsan al hablar, toser o estornudar. Además, el contacto con manos u objetos contaminados también constituye otra vía de infección.
Su periodo de transmisibilidad se extiende desde 24 a 48 horas, antes del inicio de los síntomas, hasta 5 a 6 días después. La gripe aparece habitualmente en invierno y de forma epidémica, constituyendo un importante problema de salud pública, pues está relacionada con una importante frecuencia de hospitalizaciones y mortalidad, así como con una considerable demanda de recursos en salud. Cada año, aproximadamente entre el 10 % al 20 % de la población mundial se infecta con el virus de la gripe, de acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En general, las personas sanas se recuperan en una o dos semanas del inicio de los síntomas, sin embargo, en algunos individuos se pueden presentar complicaciones como la bronquitis, otitis, sinusitis, neumonía. En aquellos con enfermedades crónicas cardiacas y/o pulmonares puede provocar que se agudicen, como es el caso de quienes padecen asma, diabetes, EPOC o aquellas personas con problemas cardiacos. En casos muy raros, puede causar complicaciones neurológicas como el síndrome de Guillain-Barré.
SU CUADRO CLÍNICO
El inicio de la gripe suele comenzar de forma brusca con fiebre y escalofríos que aparecen junto con dolor de cabeza, molestias de garganta con su enrojecimiento e inflamación, malestar general, dolores musculares, tos seca y congestión nasal. La fiebre y los dolores musculares suelen durar de 3 a 5 días y la congestión y la falta de energía puede extenderse hasta dos semanas.
PREVENCIÓN DE LA GRIPE
La principal prevención para la gripe es la vacunación. La vacuna se administra habitualmente mediante una inyección intramuscular, aunque hay también las intradérmicas o nasales. Su composición la establece cada año la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las reacciones adversas a la vacuna de la gripe son infrecuentes. Puede producir reacción local leve en el lugar de la inyección, como dolor, tumefacción y enrojecimiento, pero solo hasta en un 30 % de los casos. Hay otras medidas de prevención que pueden ayudar a reducir la transmisión del virus, como son mantener una buena higiene, que incluye lavarse frecuentemente las manos y la conveniente limpieza del hogar, beber mucho líquido, taparse la boca y la nariz al toser o estornudar con un pañuelo desechable, dormir las horas necesarias y evitar los ambientes fríos y secos o acercarse a una persona ya contagiada. El contagio se produce cuando las manos contaminadas entran en contacto con los ojos, la nariz o la boca, por lo que se produce la infección de forma indirecta. En caso de contraer el virus, es necesario procurar quedarse en casa hasta pasar 24 horas sin fiebre, para evitar transmitirlo a los demás.
DIAGNÓSTICO DE LA GRIPE
El diagnóstico de esta enfermedad es clínico, al detectar los síntomas dentro de un contexto como la temporada gripal o casos de gripe en personas cercanas al paciente. Lo que diferencia a la gripe de un resfriado común es, fundamentalmente, su gravedad y la presencia de fiebre más alta.
El virus de la gripe no tiene tratamiento curativo. Las terapias son sintomáticas y van dirigidas a mejorar y aliviar los síntomas que produce esta patología. Las recomendaciones de los médicos son descansar, beber abundantes líquidos, evitar el consumo de alcohol o tabaco, tomar medicación que mejore los síntomas de la gripe, como son aquellos para bajar la fiebre. Como la gripe está causada por un virus, los antibióticos no mejoran los síntomas ni aceleran la curación. Además, un uso indiscriminado de este tipo de medicamentos aumenta la resistencia bacteriana. En lo que concierne a los antibióticos, sólo en caso de que evolucione la enfermedad hacia complicaciones como neumonía o bronquitis tiene sentido indicar el tratamiento antibiótico.
No debe darse aspirina a niños ni adolescentes, pues podría provocarles un síndrome raro, pero grave, que se denomina síndrome de Reye. Con relación a la utilización de fármacos antivirales, si se dan en los primeros días tras el inicio de los síntomas pueden reducir la duración y gravedad de la enfermedad. Los médicos los suelen reservar para casos especiales. En algunos casos de gripe con sospecha de complicaciones como la neumonía, el médico puede indicar una radiografía de tórax, necesaria para diagnosticar la neumonía, y da información en cuanto a la localización de la infección y otras complicaciones pulmonares como la presencia de líquido en los pulmones llamada derrame pleural. También se mide el oxígeno en sangre para determinar si se necesita recibirlo.
QUIENES SE DEBEN VACUNAR
Los grupos de población con mayor riesgo de tener complicaciones como consecuencia de la infección gripal y en los que se recomienda la vacunación son mayores de 65 años, mujeres embarazadas, niños menores de 2 años y mayores de 6 meses, personas con enfermedades crónicas cardiacas, hepáticas, renales, pulmonares, como aquellos que tienen EPOC, sanguíneas, metabólicas e inmunodepresión, personas que conviven o cuidan a pacientes con riesgo como en el caso de los asilos de ancianos, grupos de profesionales con un mayor riesgo de exposición y que realizan servicios esenciales para la salud de la población.
ALIMENTACIÓN
Escoger bien lo que se debe comer durante un episodio de gripe puede ayudar a aliviar el malestar general, debido a que disminuye los síntomas como fiebre, congestión nasal, dolor corporal y la sensación de cansancio, favoreciendo la recuperación del organismo.
Cuando se está acatarrado, la comida no curará, pero a quien sigue estos consejos le puede ayudar a sentirse mejor. La falta de apetito es un síntoma común cuando se tiene gripe, haciendo que la enfermedad se prolongue. Por este motivo, el consumo de alimentos nutritivos, de fácil digestión y ricos en agua, como los que vamos a mencionar, harán a la recuperación más rápida.
Durante esta enfermedad es importante aumentar la ingestión de calorías y líquidos para ayudar al organismo a combatir el virus, manteniendo el cuerpo hidratado y favoreciendo la eliminación de toxinas a través de la orina. Muchas veces la gripe cursa con fiebre, lo que puede llevar a una ligera deshidratación si se descuida la ingestión de líquidos. El consumo de caldos hechos en casa es, por tanto, una buena alternativa para ser recomendada su ingestión a los catarrientos.
Las bebidas alcohólicas no son recomendables para combatir ningún tipo de dolencia. El alcohol es un tóxico comprobado, y recomendarlo para combatir una gripe sería una irresponsabilidad, puesto que su consumo, más si es excesivo, puede ser un riesgo para la salud.
ALGUNOS DE LOS MEJORES ALIMENTOS
El limón, además de rico en vitamina C, es un depurativo excelente que ayuda a eliminar toxinas, y un gran bactericida y antiviral. La mejor prevención en invierno es tomar cada mañana, en ayunas y media hora antes de desayunar, el jugo de un limón en un vaso de agua del tiempo.
La cebolla es rica en vitaminas y minerales, además de ser expectorante, antiséptica y depurativa. Cocinada ligeramente es perfecta para aliviar las afecciones respiratorias como congestión en los bronquios o tos, pues ayuda a expectorar. El ajo contribuye a reforzar el sistema inmunológico gracias a su alto contenido en alicina, de efecto antibiótico y antivírico. El jengibre aporta una buena dosis de vitamina C, flavonoides y aminoácidos, pero lo que lo convierte en una ayuda perfecta contra los resfriados es su alto contenido en gingeroles que tienen efectos analgésicos, antiinflamatorios y antioxidantes, además de favorecer la expectoración. La miel de abejas es el compañero perfecto para acompañar las infusiones en invierno, pues es energizante, antiséptica y protectora de las mucosas. Las mejores comidas son sopa de verduras o caldo vegetal, cocimientos como los de manzanilla, ginseng y canela; yogur; algunos condimentos como el ajo, la mostaza, la pimienta, el romero, el orégano y la albahaca; las frutas cítricas por su elevado contenido en vitamina C, como la piña y las naranjas; y hortalizas, como col, zanahoria y tomates.
RECETAS PARA CUANDO SE TIENE GRIPE
Crema de verduras
Es un plato nutritivo, sabroso, suave e ideal para la gripe.
Ingredientes:
-400 gramos de espinacas o acelgas
-200 gramos de papas
-2 zanahorias
-1 cebolla
-Caldo de verduras, preferentemente hecho en casa
-40 centímetros cúbicos de aceite vegetal de la mejor calidad posible
-Pimienta negra molida al gusto
-2 litros de agua
-Pizca de sal, opcional
Preparación:
-Colocar el agua en una olla junto con el caldo de verduras y llevar a fuego medio.
-Mientras, se van pelando los vegetales y cortándolos en cuadraditos medianos.
-Cuando comience a hervir, añadir los ingredientes, menos la pimienta y el aceite.
-Una vez transcurridos unos 25 minutos, pinchar los vegetales para saber si están tiernos y, de ser así, apartarlos del fuego.
-Pasarlos por la batidora conservando un poco del agua de cocción hasta obtener la textura deseada.
-Agregar el aceite y salpimentar al gusto. Remover hasta que se integren todos los ingredientes.
-Servir caliente o fría y decorar con unas hojitas de perejil.
La crema de verdura puede servirse caliente junto con unas ruedas de pan fritos, o bien fría.
Sopa vegetal
Ingredientes:
-200 gramos de espinacas
-200 gramos de col
-Un trocito de 5 centímetros de jengibre
-2 litros de agua o caldo vegetal, preferentemente hecho en casa
-1 cucharada de aceite vegetal de la mejor calidad posible
-1 cebolla tierna
-1 boniato mediano
-Una pizca de chile en polvo, opcional
Preparación:
-Pelar y cortar a dados el boniato.
-Pelar el jengibre y cortar la cebolla en rodajas.
-Añadir el boniato, el aceite y el jengibre rallado, y dejar cocinar un cuarto de hora, o hasta que los cuadraditos de boniato se rompan al apretarlos con un tenedor.
-Añadir las espinacas y la col, y dejar que pierdan la rigidez.
-Añadir la cebolla tierna y espolvorear con el chile al gusto.
Tomar caliente
Sopa cremosa de frijoles blancos con verduras y queso
Cualquiera puede adaptarla a su gusto, cambiando las verduras o modificando la textura final. Para aportar cremosidad se debe triturar parte de las verduras antes de combinar los vegetales con la legumbre y servirse el queso que quiera en su plato.
Ingredientes:
-Frijoles blancos, 200 gramos
-Una cebolla morada o blanca
-Uno o dos dientes de ajo
-Una zanahoria
-Un pedazo de col
-Puré de tomate, una cucharada
-Vino blanco, 125 mililitros
-Caldo de verduras o agua en la cantidad necesaria
-Queso al gusto
-Perejil fresco o tomillo
-Pimienta negra molida
-Aceite vegetal de la mejor calidad
-Pizca de sal, opcional
Preparación:
-El primer paso es colocar los frijoles blancos previamente lavados en un recipiente grande bien cubiertos de agua y dejarlos de 10 a 12 horas en remojo.
-Escurrir y enjuagar los frijoles blancos remojados. Colocarlos en una cazuela o una olla grande con un chorrito de aceite y abundante agua limpia. Llevar a ebullición, reducir el fuego y dejar cocinar hasta que estén blandos. Dependiendo del remojo y la variedad, pueden tardar 90 minutos o unas dos horas.
-Mientras tanto se deben lavar y preparar todas las verduras. Picar la cebolla y el ajo pelados, pelar ligeramente las zanahorias y cortar en rodajas o medias lunas y cortar en juliana la col.
-Calentar un fondo de aceite en otra olla grande y pochar la cebolla. Añadir el ajo y cocinar unos minutos hasta que estén blandos. Incorporar la zanahoria y el concentrado de tomate y darle unas vueltas. Agregar la col, salpimentar, añadir el vino y dejar que reduzca.
-Cubrir con caldo o agua y dejar cocinar unos 30 minutos o hasta que las verduras estén muy blandas. Vigilar el punto de líquido por si hiciera falta añadir más o dejar que reduzca a fuego vivo los últimos minutos. Batir una parte para darle textura cremosa
-Incorporar los frijoles blancos a la olla de verduras cuando estén al punto deseado. Si le falta un poco, se puede cocinar el conjunto a fuego lento unos 15 a 20 minutos más. Agregar queso parmesano recién rallado y tomillo o perejil.
Un buen plato de esta sopa cremosa de frijoles blancos con verduras pide un buen pan para redondear la comida. Si servimos una ración generosa es recomendable no añadir nada más al menú, solo quizá un yogur natural de postre o algo de fruta ligera y digestiva.
Salteado de pollo con verduras
Ingredientes:
-Dos pechugas de pollo
-Un pimiento verde grande
-Dos zanahorias
-Una cebolla
-Salsa de soja, una cucharada
-Una cucharadita de vinagre, 5 mililitros
-Caldo de verduras o pollo o agua, 100 mililitros
-Jugo de naranja recién exprimido, 50 mililitros
-Maicena, una cucharadita
-Jengibre, un trocito
-Especias al gusto
-Pimienta negra al gusto
-Aceite vegetal de la mejor calidad posible
-Ajonjolí tostado, al gusto
-Pizca de sal, opcional
Preparación:
-Secar el pollo con papel de cocina y retirar los posibles excesos de grasa. Cortar en tiras y reservar
-Lavar las verduras y pelar las zanahorias y el jengibre.
-Cortar las zanahorias y el pimiento en bastones, picar el jengibre y cortar en juliana la cebolla.
-Calentar un poco de aceite en una buena sartén amplia antiadherente y saltear el pollo a fuego vivo hasta que quede dorado por todas partes. Retirar y reservar.
-Cocinar las verduras, en tandas separadas si no caben bien, salpimentarlas ligeramente y saltear unos pocos minutos, dejándolas firmes.
-Añadir el pollo, agregar las especias y mezclar bien.
-Combinar en un recipiente apropiado la salsa de soja, el caldo o agua, el jengibre, el jugo de naranja, el vinagre y la maicena. Añadir a la sartén, mezclando y salteando a fuego medio.
-Cocinar hasta que todo esté en el punto deseado y agregar semillas de ajonjolí al gusto
Un plato como este salteado de pollo con verduras pide una guarnición de arroz.
Ensalada con frutas cítricas
Ingredientes:
-2 naranjas
-2 toronjas peladas, cortadas a lo ancho en rodajas finas
-½ taza de coco rallado
-½ taza de yogur natural
-2 cucharadas de miel
-Pizca de clavo de especia en polvo
Preparación:
-Cortar las rodajas de naranja y de toronja en cuartos y acomodarlas en un plato grande.
-Cubrir todo con el coco.
-Mezclar los ingredientes restantes y, antes de servir, rociar las frutas con la salsa.
Se puede reemplazar la miel por jugo de naranja. Utilizando un cuchillo afilado pequeño para pelar, cortar por debajo de la cáscara para quitarla junto con su membrana blanca.
Pescado a la plancha con ensalada de pimientos
Un sencillo filete de pescado a la plancha acompañado de ensalada de pimientos es una comida ligera pero cargada de nutrientes, que podemos sazonar a nuestro gusto.
Ingredientes:
-2 filetes de pescado fresco o descongelado
-2 pimientos rojos grandes
-½ cucharadita de salsa de soja
-¼ cucharadita de vinagre
-Un limón
-Una cucharada de jugo de naranja
-2 o 3 dientes de ajo
-Tomillo al gusto
-Aceite vegetal de la mejor calidad posible
-Semillas tostadas de ajonjolí
-Pizca de sal, opcional
Preparación:
-Lavar bien los pimientos y colocarlos en una bandeja forrada con papel de aluminio. Asar en horno precalentado a 200ºC durante unos 30 a 40 minutos o hasta que estén chamuscados por fuera. Sacar y dejar que se enfríen.
-Pelar, retirar las semillas y cortar en tiras, conservando los jugos. Mezclar con el jugo de naranja, el de medio limón, el ajo y el tomillo y aceite vegetal.
-Guardar tapado en el refrigerador o a temperatura ambiente mientras se prepara el pescado.
-Marinar durante media hora los filetes de pescado, secados previamente con papel de cocina, con una mezcla del jugo del otro medio limón, salsa de soja, vinagre y ajo.
-Calentar a fuego fuerte en una plancha o sartén antiadherente y engrasar ligeramente con aceite vegetal.
-Cocinar el pescado por ambos lados durante pocos minutos, sólo hasta marcarlos por fuera. Servir con la ensalada y unas semillas de ajonjolí tostado por encima.
La fresca ensalada de pimientos combina muy bien con el sabor del pescado para quienes tienen poco apetito.
Alfonso
8/4/21 21:12
Muy buena receta
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